Posibles complicaciones
“A nivel oral, las enfermedades periodontales terminan afectando a la funcionalidad y estética de la boca. Cuando perdemos una pieza dental, las cargas oclusales -masticatorias- no se reparten como deben y el hueso alveolar comienza a desaparecer. Esta estructura ósea recibe el estímulo de la raíz dental y, cuando desaparece, empezamos a perder parte de ese hueso. Además, no contar con todos los dientes implica mayores complicaciones en el momento de masticar los alimentos”, cuenta el doctor, que añade que antes de llegar al extremo de experimentar la pérdida de una pieza, la constante acumulación de sarro hace que la dentadura adquiera una tonalidad amarilla y se desarrollen problemas de halitosis.
Pero aún hay más, el mal estado de las encías puede incidir negativamente en la diabetes, las patologías respiratorias y los problemas cardiovasculares. “La diabetes y la enfermedad periodontal tienen una relación bidireccional, ya que la primera genera una respuesta inflamatoria, contribuyendo a la rápida destrucción de las encías por parte de las bacterias. Por otra parte, la periodontitis complica el control de la glucemia por parte del organismo”, explica. Mientras, “en el caso del sistema respiratorio, está claro que la cavidad oral es una puerta a la entrada de agentes patógenos que pasan directamente a los pulmones, y precisamente así nos podemos contagiar de COVID-19. Por la misma respuesta inflamatoria de la periodontitis, aquellas personas que tienen alteraciones respiratorias desarrollan neumonía o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) con más facilidad”. Y, por último, también afecta a los problemas coronarios. “La Sociedad Europea de Cardiología considera la periodontitis como factor de riesgo cardiovascular desde el año 2012. Una de las bacterias causantes de la enfermedad periodontal es la porphyromona gingivalis que, en personas con problemas de corazón, aumenta el riesgo de presentar un infarto de miocardio o un ictus si pasa al riesgo sanguíneo”.
Con estos últimos descubrimientos, la comunidad científica va esclareciendo nuevas formas de evitar que el COVID-19 afecte de forma muy grave a las personas contagiadas. “Tras este descubrimiento, puede ser conveniente que se tenga en cuenta la salud de las encías de los pacientes con coronavirus para controlar esta enfermedad y evitar un peor diagnóstico del propio virus”, concluye el doctor.
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