Fiarse o no de la intuición
Ahora bien, ¿podemos fiarnos realmente de ese que hemos decidido llamar nuestro sexto sentido? “Podemos servirnos de nuestra intuición cuando tenemos que tomar una decisión muy rápida, casi automática, en la que no tenemos tiempo de hacer un balance pormenorizado. Sin embargo, basar algunas decisiones en nuestra intuición también puede tener sus inconvenientes, ya que la decisión que tomemos podría verse afectada por prejuicios o emociones momentáneas. Por lo tanto, para tener éxito lo más adecuado sería escuchar nuestras sensaciones y si podemos dejar un tiempo de reflexión”, nos cuenta la psicóloga.
E incide en que, por otro lado, no hay que olvidar que aunque hablemos de la dualidad razón/emoción, no siempre que nos encontramos dando muchas vueltas a las cosas quiere decir que sean pensamientos racionales, ya que podría tratarse de rumiaciones, es decir, pensamientos automáticos negativos en relación a algún hecho del pasado reciente o lejano.
“Asimismo, algunas personas tienen una serie de creencias predeterminadas sobre el mundo y sobre sí mismas (por ejemplo: no soy capaz de hacer nada bien, no puedo confiar en nadie…). Este tipo de creencias negativas se establecen en los primeros años de vida en función de nuestras vivencias, y pueden llegar a generarnos grandes dificultades y limitaciones. Si estas ideas son muy rígidas, automáticas o generalizadas, será conveniente trabajarlas en un proceso de psicoterapia”, nos cuenta.
Lee también: ¿Eres una persona con demasiados prejuicios? Aprende a quitártelos de encima