Cotilleo insano
El problema llega cuando la curiosidad se convierte en cotilleo insano. “La distancia de la curiosidad al cotilleo a veces es una línea muy fina y es al cruzar esta franja donde entramos en el cotillear insano y tóxico, en muchos casos con intención de molestar o hacer daño, inventando, tergiversando, simplemente porque algo de esa persona nos ha molestado o directamente por envidia, suele ser una persona tóxica”, añade el experto.
“La rumorología puede llegar a ser divertida siempre y cuando no se difame o mienta. Que el cotillear no sea una manera de movernos en nuestras relaciones sociales y que no ocupe demasiado espacio en nuestras vidas. Un bulo provocado por un cotilleo puede llegar a ser peligroso. Se suele lanzar con esa intención perversa de provocar dolor indirectamente, ya que la gran mayoría de veces se tira la piedra y esconde la mano”, comenta el Dr. Joan Ramón Soto.
Y hace mención a algo muy actual, las redes sociales. “Creo que debemos prestar especial atención a los comentarios en redes sociales donde se puede viralizar todo en pocas horas, ya que un grano de arena se puede convertir en estos días en una montaña. Algunas personas han convertido el criticar y fomentar este cotilleo en una profesión. Claro que también en algún momento esta manera de actuar en contra de los demás se puede girar en contra y se les puede pedir que se hagan responsable de las críticas realizadas. También podríamos decir que el cotilleo es sano siempre que sea como algo gracioso y no haya implicación de provocar daño o conflictos”, determina.
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