Si en algo te insistimos desde estas páginas cuando hablamos de dietas, es en la importancia de seguir planes personalizados y, siempre, bajo la supervisión de un especialista en nutrición. No todas las dietas valen para todo el mundo, y es el experto quien debe determinar cuál es la que más te conviene en función de tus necesidades, hábitos y posibles problemas de salud.

Por eso, hoy queremos hablarte de una herramienta útil que utilizan muchos nutricionistas y endocrinos para poder elaborar un plan alimenticio adaptado a ti: el estudio antropométrico. Se trata de una serie de pruebas y de una recopilación de datos del paciente, para valorar su estado de salud en general, y el nutritivo en particular. La doctora Mar Mira, nutricionista de la Clínica madrileña Mira + Cueto, lo considera fundamental antes de empezar una dieta. 

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Se recopilan datos útiles para un plan personalizado

Así, en dicho estudio se recogen, por ejemplo, datos sobre el peso, la talla, el índice de masa corporal, la complexión ósea (haciendo mediciones en la muñeca, la cintura o la cadera), así como el peso en una báscula de bioimpedancia, lo que nos permite conocer la masa corporal y el porcentaje de grasa y de agua de nuestro cuerpo.

Además, se tiene muy en cuenta la edad, el sexo y la actividad deportiva diaria que realiza la persona en cuestión. Todo con el objetivo de determinar nuestras necesidades, nuestras carencias y todo aquellos hábitos que debemos modificar, adaptando en base a los datos obtenidos nuestra dieta.

Algunas pruebas que pueden realizarte

Nos hemos querido fijar en un caso práctico, como el de esta clínica madrileña, donde la doctora Mira nos detalla algunas pruebas que realizan en lo que llaman su Diagnóstico Multidimensional Corporal. El paso a paso del diagnóstico es:

-Cuestionario médico e Historia clínica: para detectar sus hábitos, alimentación, si realiza deporte, histórico de enfermedades y también a nivel familiar, para detectar propensiones genéticas de salud y envejecimiento.

-Exploración física detallada: permite identificar cuáles son las zonas del cuerpo que empiezan a mostrar los cambios del paso del tiempo y de qué manera.

-Análisis clínicos: para detectar su estatus metabólico, posibles déficits nutricionales, así como enfermedades presentes e incluso subclínicas.

-Análisis genético: permiten conocer la tendencia dictaminada por los genes y así elaborar pautas que eviten la manifestación de aquellos genes que favorecen la aparición de determinadas alteraciones como la hipertensión, diabetes, colesterol alto, intolerancia a la lactosa, falta de vitaminas, anemia… o simplemente ayudar a determinar cuál es la mejor dieta o pauta de ejercicio para perder peso.

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Otros aspectos que también se valoran

Además, hay otros aspectos que también son de interés en este estudio:

-Valoración del estado de la piel de las zonas afectadas: para ver si ya existe flacidez, deshidratación, arruguitas…

-Análisis de la composición corporal: se identifica la distribución de grasa corporal, el nivel de hidratación, cantidad de músculos y su distribución. La doctora nos cuenta que incluso se puede calcular con precisión su metabolismo basal, con la cantidad exacta de calorías que se necesitan a diario.

-Ecografía corporal: para valorar la localización de la grasa, el estado del tejido subdérmico, la calidad muscular…

-Eco-doppler: para determinar el estado del tejido linfático y circulatorio: edemas, varices…

Objetivo: adaptar mejor el plan

“Con sus resultados, podemos elaborar una serie de pautas de dieta y tratamientos médico-estéticos (en el caso de que se requieran), que nos sirven de guía para tratar diferentes zonas del cuerpo y lograr una mayor efectividad tanto en los resultados como en la mejoría de la calidad de la piel. Pero ojo, lo importante, siempre, es el diagnóstico para la indicación del tratamiento más adecuado. Solo de esta manera daremos en la diana y conseguiremos cumplir con los objetivos marcados”, señala la Dra. Mar Mira.

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