Hoy en día, los médicos se han dado cuenta, de que gran parte de la población padece un déficit de vitamina D, una sustancia vital para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, puesto que entre sus funciones destaca la fijación del calcio en los huesos, pero también interviene en los procesos del sistema inmunológico, entre otros. Por ello, se recomienda revisar los niveles de esta vitamina y, en caso de ser deficitarios, reponerlos, generalmente, con suplementos, en concreto, con calcifediol.
La vitamina A es otra indispensable, importante para la lactancia, para mantener una buena salud visual y reporoductora.
De la que también se habla mucho es de la vitamina E, importante para combatir los radicales libres, esas sustancias responsables del envejecimiento.
La vitamina K, por su parte, es fundamental para coagular la sangre, así como para la construcción de los tejidos y para la buena salud ósea.
Todos estos nutrientes tienen en común que son vitaminas liposolubles y tomarlas en exceso puede tener graves consecuencias en nuestra salud. De hecho, existe un término médico que define esta situación: hipervitaminosis, una alteración o el trastorno del organismo producido por administración excesiva de vitaminas. El exceso de vitaminas puede derivar en diversos problemas. Estos problemas dependerán de la vitamina que se haya consumido en exceso.
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