El picor aumenta
Tanto es así, que muchas personas con atopía ven cómo aumentan significativamente sus síntomas, especialmente el picor. “El empeoramiento de los síntomas, incluido el picor, es característico de esta época del año. El frío hace que la barrera hidrolipídica que protege la piel de las agresiones externas se pueda ver afectada. Además, la piel produce menos sudor y cantidad de grasa, que también protege de los ambientes fríos. Ambos hechos hacen que la piel esté más deshidratada y más seca, factores que empeoran los síntomas de la dermatitis atópica, incluido el picor”, nos explica el dermatólogo, que añade que, aunque parezca paradójico, el frío no es sinónimo de un ambiente más húmedo, que beneficia a los pacientes con esta patología al evitar la deshidratación cutánea.
“Por otra parte, al pasar más tiempo en casa se está más expuesto a calefacciones que provocan sequedad en la piel. La sequedad de la piel hace que aumente el picor y que los pacientes acaben produciéndose lesiones en la piel, incluso provocándose heridas, que son una puerta de entrada a infecciones bacterianas”, nos detalla.