¿Cuáles son sus síntomas?
En opinión de Laura Palomares, los síntomas son de varios tipos. Así, los hay cognitivos, es decir, afectan a nivel de pensamientos, de tipo intrusivo y recurrente alrededor del peligro de tocar o que te toquen: sobre si nos han tocado o no cuando hemos salido a la calle, por ejemplo, y qué consecuencias podemos sufrir, o sobre cómo vamos a salir luego a la calle y conseguir evitar cualquier contacto. “Los síntomas cognitivos suelen acompañarse de los físicos, como la taquicardia, tensión muscular, hiperventilación, mareos, náuseas, etc., y de la conducta de evitar. Es justo el síntoma conductual de evitación, lo que mantiene la fobia y la acrecienta”, explica la directora de Avance Psicólogos.
“En la hafefobia, como en cualquier otra fobia hay una serie de síntomas comunes a los trastornos de ansiedad en relación a varias áreas: en relación a los pensamientos, éstos girarán en torno al contacto con otras personas u objetos. La persona consumirá gran parte de su día a día pensando en cómo evitar tocar o ser tocado, pasando a ser este pensamiento de evitar lo que le produce ansiedad lo prioritario en el día”, nos detalla la experta de Doctoralia. Añade que en relación a los síntomas físicos, como en otros trastornos de ansiedad, pueden ir desde síntomas leves a síntomas más graves: “Desde más leves, como sudoración, sensación de debilidad o cansancio, problemas gastrointestinales, dificultad para conciliar el sueño, tensión muscular, rigidez, o angustia, a síntomas de intensidad media como palpitaciones, temblores, hiperventilación, mareo o nauseas, hasta otros de intensidad alta como la sensación de pérdida de control, o de irse a morir, cuando esa ansiedad es muy elevada”, cuenta. Además, el carácter de la persona variará mucho, tenderá a ir aislándose cada vez más y a relacionarse poco o con miedo, y a evitar situaciones en que pueda ser tocado o tener algún tipo de contacto.
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