Cuidado con las alergias alimentarias
Por último, no podemos olvidar el riesgo que suponen estas fechas de sufrir una alergia alimentaria, una situación que, en algunos casos, puede acabar en un cuadro grave de choque anafiláctico, recuerdan los expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Los síntomas de una reacción alérgica aparecen en el intervalo de unos pocos minutos a unas pocas horas siguientes a la ingestión del alimento y que la gravedad varía en función de la cantidad de alérgeno ingerido, la sensibilidad de la persona y de factores externos como el asma, el ejercicio físico o el consumo de analgésicos o alcohol.
Aunque en la mayoría de las ocasiones los síntomas son leves, como picor de boca y/o garganta, picores cutáneos y urticaria, algunos pacientes tienen desde síntomas digestivos (náuseas, vómitos, diarrea), respiratorios (tos, dificultad para respirar, pitos o sibilancias…) hasta una reacción alérgica grave y potencialmente fatal denominada anafilaxia.
Cualquier alimento o combinación de ellos pueden producir una alergia alimentaria a personas genéticamente predispuestas. Los potencialmente más alergénicos son los mariscos, frutos secos o huevo, entre otros.
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