Beber mucho vino, no solo provoca un dolor de cabeza por resaca al día siguiente, sino también afecta a todo tu organismo y puede acabar, con el tiempo, propiciando el desarrollo de una enfermedad oncológica. Por lo tanto, sii recientemente te hablábamos del azúcar, un alimento que está en el punto de mira, ahora le toca el turno al vino, una bebida habitual en nuestras mesas pero peligrosa, ya que incluso cuando la bebemos con 'moderación' estamos poniendo en riesgo nuestra salud.
Y es que cada vez más médicos y expertos alzan la voz para que la población tome consciencia de los riesgos que puede entrañar el vino. De hecho, aunque no nos demos cuenta, cada gota que ingerimos contiene alcohol y este acaba en nuestro torrente sanguíneo y, de allí, a todos los órganos y células de nuestro organismo ocasionando un daño sordo y que, con el tiempo, puede acabar en un problema grave.
Eso sin tener en cuenta los riesgos de tomar 'unas copas de más'. Beber y emborracharnos, aunque no seamos conscientes de ello, no solo nos expone a tener un accidente o sufrir un coma etílico si nos hemos pasando. Nuestro cuerpo se resiente y nos lo hace notar con mareos, falta de coordinación, balbuceos, náuseas, vómitos y, en los casos más graves, pérdida de consciencia.
Dejando de lado los síntomas de embriaguez y los daños que esta provoca en nuestra salud, hemos consultado a una experta en Nutrición sobre cuáles son las señales que nos puede lanzar nuestro organismo como protesta de que el vino que estamos tomando es ya demasiado.
- Leer también: ¿Puedo tomar alcohol si estoy tomando medicación?