Si el estrés o la ansiedad pueden aumentar las ganas de comer en algunas personas, algo que les puede dificultar adelgazar si se necesitan perder algunos kilos. Y esta Navidad puede resultar más complicado.
Como explica Fran Sabal, “sabemos que estas Navidades son especiales y esa hambre emocional, que se puede generar por falta de cariño y contacto físico, nos puede provocar ansiedad y las ganas de comer de más, pero la comida, nunca es la solución. Puede que de manera puntual nos sacie, pero a la larga, no estamos consiguiendo llenar nuestro corazón.” afirma Fran Sabal, nutricionista especializada en gestión emocional y autora del libro Nutrición Emocional (Alienta).
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¿Cómo suplir esa falta de contacto en estas fiestas?
Fran nos propone diferentes opciones:
• Gracias a la tecnología, podemos realizar videollamadas con los nuestros y sentirlos cerca pese a que estén lejos.
• Podemos salir a pasear y disfrutar de las luces de Navidad con nuestra familia y amigos.
• Hacer una lista de cosas buenas de este año y es que, pese a que haya sido complejo, siempre hay cosas buenas por las que agradecer que nos harán sentir plenos.
• Ayudando a otros calmamos nuestras tristezas y vacíos. Existen diferentes formas de hacerlo como, por ejemplo, llamando a una persona que lo necesite o esté sola, colaborando en un comedor social, etc.
• Las actividades en familia ¡siempre son un buen plan! Busca una receta saludable y divertida para hacer con los más pequeños ¡y a disfrutar!
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¿Y si además queremos adelgazar?
Pese a que, en general, estas fechas nunca han sido el mejor momento para ponerse a dieta, estas navidades en concreto sí pueden servirnos para reflexionar sobre cuál es nuestra relación con la comida y qué podemos hacer si necesitamos perder peso y queremos comer solo cuando realmente tenemos hambre.
Estos consejos pueden ayudarte a saber distinguir cuando es hambre real y cuándo es emocional y puedes empezar a ponerlos en práctica en cualquier momento.
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