Reducir la ingesta calórica
Comer, por supuesto, nos aporta energía. Pero en opinión de la experta, comer poco es preferible para mantenernos activos. "En el cerebro cuando tenemos hambre o no comemos en algún tiempo, se activa en un gasto de calorías reservadas y en el propio organismo se produce un cierto cambio que hace que aumenten los niveles de cortisol, que nos activarán. De hecho, sabemos que cuesta dormir cuando tenemos hambre, ya que tenemos la mente en alerta. Por supuesto, no se trata de pasar hambre, pero sí de procurar lograr el equilibrio. Un nivel basal equilibrado de cortisol ayuda a mantenernos activos y despiertos", nos detalla la farmacéutica.