La dieta en la adolescencia
Tal y como nos cuenta la nutricionista Sara López, del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, la adolescencia es un período de transición entre la niñez y la edad adulta, una etapa durante la cual las necesidades nutricionales aumentan debido a los intensos cambios fisiológicos.
-Las necesidades calóricas serían superiores a las de cualquier edad, a igual que las proteínas, que adquieren una elevada importancia debido al crecimiento de masa corporal, y de algunos micronutrientes, como el calcio y el hierro, especialmente. Además de asegurar fuentes adecuadas de calcio (lácteos, almendras, cereales integrales, sardinillas, brócoli, garbanzos…) es importante asegurar una absorción adecuada. Por eso, la experta nos cuenta que los alimentos con vitamina C tendrían un papel importante especialmente en la disponibilidad del hierro y evitando combinar alimentos ricos en calcio y hierro en una misma comida. En las chicas es especialmente importante el hierro a partir de la menarquía y si se sigue una dieta vegetariana deberá personalizarse la dieta y valorar la necesidad de suplementación debido a su mayor dificultad de absorción (aunque con las pautas adecuadas no se deberían observar deficiencias)
-En los últimos años también se insiste con la importancia de otro mineral, el zinc, que podría dar lugar a retrasos en el crecimiento. Los alimentos con mayor contenido de este mineral serían legumbres, cereales integrales y frutos secos. En relación a las vitaminas, cabe destacar especialmente la vitamina D, por su relación con la maduración ósea.
-Es especialmente importante tener en cuenta que las adolescentes susceptibles a la información que se encuentran en las redes de comunicación, además de la común necesidad de experimentar y búsqueda de sus propios valores. Si se sospecha algún comportamiento compatible con trastornos de la conducta alimentaria (miedo a engordar, a comer…) debería revisarse con un profesional. Además, las chicas en concreto suelen preocuparse más por su imagen corporal que los chicos.
-En algunos estudios se identifican patrones en el que hay consumo excesivo de hidratos de carbono refinados (pastas blancas, arroces…) o de bocadillos. Sumado a esto cabe destacar el picoteo frecuente de snacks y refrescos que no son interesantes a nivel nutricional y sustituyen a otros alimentos que si serían interesantes para el organismo.
-El consumo de alcohol aumenta durante esta etapa, especialmente los fines de semana, teniendo una repercusión muy negativa sobre la salud de las adolescentes.
-Se recomienda en esta etapa hacer partícipe al adolescente en sus decisiones alimentarias y vigilar el peso (y especialmente importante la composición corporal).
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