La respiración es un eslabón entre el cuerpo y la mente. Y de llevar bien el ritmo de la respiración, tanto cuando estamos haciendo ejercicio, como cuando estamos sentados leyendo o viendo la televisión, dependerá nuestro estado físico y mental.
La respiración es esencial para la vida. En la inspiración, el oxígeno penetra en nuestro interior, se distribuye por todas las células del organismo a través de la sangre, los órganos se oxigenan, funcionen y, por tanto, vivimos. Al exhalar, se expulsa el dióxido de carbono.
Cuando respiramos bien, todo funciona mejor. Nuestro corazón, sistema inmunológico, cerebro, incluso nuestro sistema digestivo mejora. Todo ello repercute, como decíamos, en una mejor salud y en una buena gestión emocional. Si sabemos llevar bien el ritmo de la respiración, de hecho, podemos llegar a controlar el estrés, la ansiedad y mantener la calma en un estado de pánico o crisis.
Pero, ¿sabemos respirar bien? No siempre. La buena respiración es aquella en la que se inhala por la nariz (no por la boca), se lleva al abdomen (el vientre se hincha como un globo) y después se expande al pecho para expulsarse, se vacía lentamente el aire de la zona del tórax para acabar deshinchando el abdomen.
Esta respiración profunda, practicada en muchas técnicas y ejercicios de respiración y relajación es la que nos ayudará a mantenernos en calma y a encarar el día con mayor energía y buen humor.
- Relacionado: Ejercicios para ganar músculo y perder peso en solo 15 minutos