Una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo actualmente, provocada por el SARS-Cov-2, el coronavirus responsable de la COVID-19 que tantas vidas se ha llevado por delante, nos ha obligado a dejar de lado nuestra vida y a confinarnos en casa. Además de vivir situaciones traumáticas, como el pánico al contagio, el número de fallecidos y la imposibilidad de muchos familiares de poder despedirse de sus seres queridos.
Tras estos dos largos meses de cuarentena, poco a poco iniciamos una fase hasta el desconfinamiento total que nos permitirá llegar hasta una nueva normalidad. Pero no va a ser fácil. Pese a la euforia inicial por salir a las calles, vamos a tener que afrontar consecuencias psicológicas.
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Fobia social, exceso de higiene, síndrome de la cabaña
"Las fobias se producen cuando sentimos mucho miedo y cuando aparece la fobia, sentimos más miedo aún. Por lo tanto, existen un proceso de retroalimentación que es importante tratar", nos explica el psicólogo Juvenal Ornelas, de MundoPsicólogos.
El experto nos adelanta aquellas fobias que podemos experimentar: síndrome de la cabaña, claustrofobia (que muchos han sufrido ya), fobia social por miedo al contacto, exceso de higiene, agorafobia (miedo a los espacios abiertos...).
"Al principio, será frecuente que muchas personas experimenten el síndrome de la cabaña o de la cueva. Al principio del confinamiento nos resultó difícil encerrarnos en casa. Sin embargo, nuestro cerebro es capaz de adaptarse, adoptamos rutinas y estas nos sirvieron para aguantar y resistir. Ahora, con el desconfinamiento, viene el miedo, la incertidumbre, qué pasará con nuestros empleos, en las calles... Todo esto puede acabar desencadenando este síndrome de la cabaña", indica el experto.
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