En estos días de marzo parece como si, de repente, el mundo se hubiera parado. Todo ha quedado en un segundo plano excepto la lucha contra el coronavirus. Pero lo cierto es que, tal y como acabamos de ver en el caso de Dani Rovira, se siguen diagnosticando otras enfermedades como el cáncer y hay personas que siguen con sus tratamientos en su batalla contra la enfermedad. Pacientes que han visto cómo su rutina se ve alterada en mayor o menor medida por este tsunami que ha supuesto el virus. Pero, aun así, no deben descuidar ciertas cuestiones muy importantes para una mejor evolución de su dolencia. Y el ejercicio es una de ellas, algo que tienen que tener muy en cuenta las afectadas de cáncer de mama. Y es que no hay que olvidar que la realización regular de ejercicio físico, además de mejorar el estado general de salud y la calidad de vida, disminuye el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer, entre ellos, el de mama, según revela la evidencia científica. Pero es que, además, la actividad física contribuye a reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos para este tumor.
Por este motivo, el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama ha decidido animar a las mujeres que o bien han superado la enfermedad o están en tratamiento a hacer ejercicio físico, y propone dos tablas con actividades para un nivel más básico y otro con un nivel más avanzado, pero que en ambos casos se pueden realizar en casa. “Hay estudios que revelan que el ejercicio físico reduce las posibilidades de padecer un cáncer de mama entre un 20 y un 25% y que disminuye el riesgo de sufrir un segundo cáncer en las pacientes que ya han tenido uno, así como de tener recaídas de la enfermedad”, señala el doctor Miguel Ángel Seguí, oncólogo médico del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) y vocal de la Junta Directiva de GEICAM.
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