Muchas veces habrás escuchado aquello de que los accidentes fortuitos, esos que ocurren por una distracción o por tropezar con un objeto sin más, son los peores. Este aspecto no desaparece cuando practicamos deportes. Nuestro cuerpo puede lesionarse por un fallo personal, pero también por motivos impensados. Sí, las primeras veces, utilizar un complemento que proteja los ojos es incómodo, pero piensa que estás evitando males mayores. Un alto porcentaje de las intervenciones médicas que se realizan por accidentes oculares se originan por el desprendimiento de retina, la fractura de los huesos orbitarios, lesiones en los párpados o el globo ocular o el ingreso de cuerpos extraños en el ojo.