Las asanas benefician a todos los sistemas del cuerpo: el endocrino, el respiratorio, el circulatorio, el nervioso y el digestivo. En clase de yoga se suele trabajar cada postura para que estimule y favorezca cada zona. Con solo unos meses de práctica, comienzas a sentir que la integración cuerpo-mente fluye de una manera más natural, tus pensamientos y atención están listos para avanzar un poco más. Es en este momento cuando el maestro yogui propone asanas más complejas donde cedas ante el sistema nervioso, encontrando paz en las emociones y logrando una relajación más profunda y reparadora.