Seguramente hayas escuchado este término en alguna ocasión, incluso sepas que está relacionado con el aparato digestivo, pero puede que tu conocimiento sobre la enfermedad de Crohn quede ahí. "Se trata de una inflamación crónica del intestino, que se traduce en la presencia de edema y úlceras en la pared intestinal", nos explica el Dr. Yago González Lama, especialista en Aparato Digestivo y responsable del Comité de Relaciones Institucionales de la Fundación Española de Aparato Digestivo. "El espectro de gravedad de las lesiones es variable, pudiendo llegar a ser lesiones muy importantes y acarrear daño intestinal y secuelas como el desarrollo de estrecheces en el calibre del intestino, roturas del intestino o fístulas que conectan el intestino con otras estructuras vecinas (otras asas intestinales, la vejiga, la vagina, etc.) o incluso con la piel, dando lugar a malfuncionamiento del intestino y a desarrollo de abscesos, infecciones..."
¿Cuáles son sus síntomas?
"Los síntomas típicos incluyen diarrea crónica, dolor abdominal, anemia, astenia... en un espectro de gravedad variable y que pueden llegar a ser incapacitantes. Con frecuencia son los síntomas de las complicaciones o de las secuelas lo que vemos: fístulas (son típicas las que aparecen en la región perianal), abscesos u obstrucción intestinal", aclara el especialista de la FEAD. Además, nos alerta de que, por si todo esto no fuera suficiente, la de Crohn se asocia con frecuencia a otras enfermedades inmunomediadas; una proporción importante de pacientes sufre enfermedades como la espondilitis (inflamación en la columna o en otras articulaciones), psoriasis, uveítis (inflamación en el ojo) o muchas otras.
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No existe forma de prevenirla
La causa de la enfermedad de Crohn no está clara, así nos lo asegura el Dr. González Lama. "Se sabe que existe una interacción entre la microbiota intestinal (bacterias que habitualmente habitan en el intestino) y el sistema inmune en la pared intestinal, que dan pie a una reacción inflamatoria incontrolada que se perpetúa. Se sabe también que existen varios condicionantes genéticos que juegan un papel en el proceso", pero realmente no se tiene un conocimiento certero sobre qué la provoca por lo que no hay método de prevención.
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Diagnóstico positivo: ¿y ahora qué?
No solo no hay manera de prevenirla sino que, además, se trata de una enfermedad crónica, "que no sabemos curar aunque podemos tenerla bajo control en una mayoría de casos", apunta. Es importante un seguimiento estrecho e ininterrumpido por un médico gastroenterólogo que sea especialista en enfermedad inflamatoria y, en la mayor parte de casos, es necesario el empleo de fármacos inmunomoduladores; algunos de estos forman parte de la categoría de tratamientos biológicos, que son fármacos diseñados para el bloqueo específico de diferentes moléculas que juegan un papel clave y específico en el desarrollo de la enfermedad de Crohn.
"Se dice que hay casi tantos tipos de enfermedad como enfermos, por lo que es imprescindible ponerse en manos de un especialista con experiencia que sea capaz de valorar los pros y los contras de cada alternativa terapéutica en cada momento. En España existen unidades especializadas en muchos de los hospitales de la red pública", concluye el Dr. Yago González Lama.
