¿Quién dijo que la única forma de despertar tu cuerpo y tu mente es con una taza de café? El yoga, con su combinación de movimiento consciente y respiración profunda, es capaz de activar tu energía natural desde dentro. Más que un ejercicio físico, es una práctica que despierta tu vitalidad, despeja tu mente y te prepara para afrontar el día con claridad y fuerza… sin depender del poder de la cafeína.
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“Tras varios años enseñando yoga, una de las cosas que más me sorprende es cuando alguien llega a clase con sensación de agotamiento de media tarde, y sale completamente renovado. No es magia. Es simplemente que el yoga trabaja con la energía de una forma que el café nunca podrá: desde dentro, sin subidones artificiales ni bajones posteriores”, nos comenta Sara García, (@sarayoga.journey), profesora de Vinyasa Yoga.
El yoga como energizante natural
La experta nos explica que cuando hablamos de energía en yoga, no nos referimos solo a sentirnos "despiertos". “Hablamos de vitalidad real, esa sensación de estar presente, de que tu cuerpo responde cuando lo necesitas”, comenta.
Así, en su opinión, el yoga aumenta la energía de tres formas principales: mejora la circulación y oxigenación del cuerpo, activa el sistema nervioso de manera consciente y equilibra el sistema hormonal. “Cuando practicas, estás diciéndole a tu cuerpo que despierte, pero sin forzarlo ni agotarlo”, apunta.
“No es que el yoga sustituya la cafeína de forma directa, sino que nos devuelve algo que el estrés y el cansancio nos había robado: la capacidad natural del cuerpo para generar energía por sí mismo”, indica.
Cuando hablamos de energía en yoga, no nos referimos solo a sentirnos "despiertos". Hablamos de vitalidad real, esa sensación de estar presente, de que tu cuerpo responde cuando lo necesita
Las posturas que funcionan contra el cansancio
Hay posturas que son como un reseteo del sistema. “Para combatir el cansancio de media tarde, yo siempre recomiendo tres cosas: extensiones hacia atrás suaves, torsiones e inversiones”, nos cuenta.
- Las extensiones como Bhujangasana (la cobra) o simplemente arquear la espalda sobre una silla abren el pecho y contrarrestan todas esas horas encorvados frente al ordenador.
- Las torsiones, como Ardha Matsyendrasana, activan la columna y estimulan los órganos internos.
- Y las inversiones (no hace falta que sean complejas) pueden ser tan simples como Viparita Karani, con las piernas en la pared. Cambiar la dirección del flujo sanguíneo durante unos minutos hace maravillas.
“Además, también funcionan muy bien los saludos al sol. No hace falta hacer diez seguidos, con tres o cuatro rondas conscientes, el cuerpo se activa completamente”, dice.
¿Cuánto tiempo necesitas practicar?
Sara García nos cuenta que esta es, sin duda, la pregunta que más le hacen: ¿cuánto tiempo necesitas practicar realmente? “Y la respuesta es: depende de tu constancia, no de la duración. He tenido alumnas que con diez minutos diarios han notado cambios en dos semanas. Otras necesitan un poco más”, apunta.
Tal y como nos explica, lo importante no es hacer una hora de yoga al día (aunque sería maravilloso) sino crear el hábito. “Incluso cinco minutos cada mañana, si son conscientes y bien hechos, empiezan a reprogramar tu sistema nervioso. Tu cuerpo aprende que por las mañanas se activa de forma natural, y poco a poco deja de pedir ese café como muleta. Yo siempre digo: mejor cinco minutos todos los días que una hora los domingos y nada más”, recomienda.
¿Puede el yoga sustituir el café?
Hay veces que un café no logra activarte, cosa que el yoga sí que consigue. “No voy a decir que abandones el café si te encanta tomarlo por el ritual o el sabor. Pero sí creo que el yoga puede ser una alternativa real para quienes sienten que lo necesitan para funcionar”, nos dice.
En su opinión, “el problema del café es que es un préstamo energético: te da un empujón ahora, pero tu cuerpo lo paga después”. El yoga, en cambio, genera energía sostenible. “Activas tu circulación, oxigenas tu cerebro, reduces el cortisol (la hormona del estrés que te deja agotado) y equilibras tu sistema nervioso”, comenta.
“He visto a personas dejar el café casi sin darse cuenta. Empezaron con yoga matutino y un día se preguntaron: ‘¿Por qué ya no me hace falta ese segundo café?’. Porque su cuerpo había recuperado su ritmo natural”, detalla.
El problema del café es que es un préstamo energético: te da un empujón ahora, pero tu cuerpo lo paga después
Consejos útiles para principiantes
Le pedimos a la experta un consejos útil si nunca has hecho yoga y buscas energía natural. “Mi consejo es este: empieza con una secuencia cortita por las mañanas. No te compliques. Tres rondas de saludo al sol, dos minutos de respiración consciente y una postura de equilibrio como Vrksasana (el árbol). Eso es todo”, sugiere.
Sara García indica que no necesitas ser flexible ni tener experiencia. “El yoga no se trata de hacer las posturas perfectas, se trata de conectar con tu cuerpo y despertarlo con intención. Lo único que necesitas es una esterilla y cinco minutos de tu tiempo. Y créeme, esos cinco minutos cambiarán cómo te sientes el resto del día”, nos comenta.
Secuencias exprés que funcionan
¿Menos de diez minutos? No hay problema. La experta nos recomienda esta pequeña secuencia:
- Dos minutos de respiración profunda.
- Tres rondas de saludo al sol.
- Una torsión sentada.
- Un minuto de Viparita Karani (elevar las piernas arriba en la pared)
El mejor momento para practicar
La experta en yoga tiene claro que si nuestro objetivo es ganar energía, recomendaría practicarlo por la mañana. “Practicar yoga nada más levantarte le dice a tu cuerpo: Hoy empezamos despiertos y conectados".
Pero apunta que también funciona muy bien por la tarde, para salir relajado de clase, y terminar tu día en calma, con la energía completamente renovada.
La conexión con el sueño
No podemos perder de vista, además, que la práctica de yoga mejora tu energía diaria porque mejora tu descanso nocturno. “No es algo que ocurra de inmediato, pero con práctica regular, tu sistema nervioso aprende a relajarse cuando toca relajarse y activarse cuando toca activarse. Muchas personas viven en un estado de alerta constante. Practican yoga, aprenden a calmar su mente, duermen mejor, y al día siguiente tienen más energía”, explica.
Yoga que te transforma
El yoga puede transformarnos, darnos esa energía extra que tanto necesitamos. “Si tengo que elegir una sola práctica que haya visto transformar la energía de mis alumnas, diría que es el pranayama, el trabajo con la respiración. Específicamente, respiraciones energizantes como Kapalabhati o simplemente respiración consciente profunda”, indica. Y es que considera que "la respiración es nuestra fuente de energía más directa".
“Cuando respiras superficialmente (como hacemos cuando estamos estresados) tu cuerpo recibe menos oxígeno y funciona a medio gas. Cuando aprendes a respirar conscientemente, todo cambia. He visto a personas con fatiga crónica recuperar su vitalidad simplemente aprendiendo a respirar bien. Lo bueno de la respiración es que es accesible y está disponible en cualquier momento del día”, nos comenta.
“Al final, el yoga no es una solución rápida como el café. Es algo mejor: es una forma de enseñarle a tu cuerpo a generar su propia energía de manera sostenible. Requiere un poco de constancia, sí, pero los resultados son reales y duraderos. Y lo mejor de todo es que no tendrás que lidiar con esa sensación de nerviosismo o el bajón de media tarde. Solo energía estable y duradera”, concluye Sara García.
