Dermatitis atópica, una enfermedad hereditaria frecuente entre los golden retriever

Picores, enrojecimiento, alopecia y lesiones en la piel son algunos de los síntomas de esta patología, que suele afectar a otras razas como pastor alemán, bulldog francés, dálmata o bóxer

Por Gtresonline

Los golden retriever son una de las razas caninas más populares. Son perros familiares de tamaño mediano que destacan por ser juguetones, cariñosos y de temperamento apacible. Son dóciles con los más pequeños y responden tan bien al adiestramiento que, en muchas ocasiones, se convierten en animales de apoyo, de búsqueda o rescate. A pesar de que esta bonachona mascota no requiere de demasiados cuidados, tiene una predisposición genética a contraer dermatitis atópica canina (DAC), una enfermedad inflamatoria de la piel que también suele afectar a otras razas como pastor alemán, bulldog francés, west highland white terrier, dálmata o bóxer.

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¿Qué es la dermatitis atópica y cómo identificarla?

La dermatitis atópica canina es una enfermedad inflamatoria de la piel de los perros, que la causa una hipersensibilidad o alergia a distintos componentes o alérgenos, entre los que se encuentran los ácaros del polvo, el polen, los fertilizantes o los productos químicos de limpieza. Se trata de una patología frecuente entre la población canina de la que, aunque se desconoce el origen, se sabe que existe un fuerte componente genético predisponente y que el estado de la piel es determinante para su aparición.

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Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer en animales jóvenes, entre los tres y seis meses de edad, aunque las señales pueden pasar desapercibidas hasta que se hacen más molestias y notorias. El picor es la característica principal de esta patología, que provoca que el perro se rasque o lama constantemente y siempre en las mismas zonas.

  • Enrojecimiento de la piel
  • Lesiones en la piel. Si la dermatitis no es tratada, puede originarse una infección y aparecer pústulas (granos con pus), costras amarillentas o heridas
  • Alopecia. El constante rascado puede provocar la caída del pelo en las zonas afectadas.
  • Orejas irritadas. Esto puede ocasionar la aparición de otitis u otros tipos de infección de oído.
  • Piel oscurecida o engrosada. Una piel atópica es una piel deshidratada que, si no se hidrata, puede engrosarse y volverse de color oscuro

Estos síntomas suelen presentarse en zonas como labios, orejas, espacios interdigitales, abdomen, ingles o axilas.

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Tratamiento y control de la dermatitis atópica canina

Al tratarse de una enfermedad crónica con un origen en el sistema inmunológico, no tiene cura y suele persistir durante toda la vida del animal. Sin embargo, existen algunos tratamientos que pueden paliar las molestias, mejorar el cuadro clínico y garantizar el bienestar de la mascota. Cabe destacar que, ante la aparición de cualquier síntoma, el dueño debe llevar al perro al veterinario para que determine un diagnóstico, así como un tratamiento específico. Suele tratarse de la combinación de un tratamiento tópico, con aplicación de geles, lociones o cremas en la zona a tratar, y uno con fármacos para controlar los síntomas, evitando que vayan a más.

Adaptar la alimentación del can, evitar el contacto del perro con los alérgenos que le provocan la dermatitis, controlar su desparasitación externa y baños frecuentes con champú adecuado son algunas pautas que podemos llevar a cabo para evitar que la dermatitis atópica canina se convierta en un problema para nuestra mascota.

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