¿Pueden sufrir los peces al ser capturados?

Se ha demostrado que el dicho 'tener memoria de pez' puede no ser exacto cuando nos referimos al sufrimiento que pueden padecer los peces al ser atrapados

Por Cristina Soria

Es muy habitual pensar que los peces no sienten dolor cuando son capturados, y mucho menos cuando son cuidados en peceras y acuarios. Pesa sobre ellos la imagen de seres vivos predestinados a ser alimento o mascotas, sin que sientan ni padezcan. Pero esto no es así en absoluto.

El problema de que se piense que los peces no sufren más que algún tipo de dolor primitivo hace que se justifique la pesca masiva y, a menor escala, que no se cuide de manera adecuada a los peces que viven en acuarios y peceras.

Los peces tienen el mismo sistema nervioso de los humanos

Fue en el año 2002 cuando la directora de Ciencias Bioveterinarias de la Universidad de Liverpool, Lynne Sneddon, descubrió que los nervios que poseen los peces transmiten dolor. Estos nervios son los mismos que en nosotros, los humanos, son capaces de detectar estímulos dolorosos. Puede que la causa de esta sorprendente coincidencia esté en que los peces son los ancestros del resto de animales vertebrados. Por eso su sistema neuronal es muy similar al de resto de mamíferos. 

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Hasta que se realizó esta investigación existía la creencia general de que los peces no experimentaban sufrimiento. Pero Sneddon comprobó que los peces sienten dolor y que este les funciona como un mecanismo de supervivencia, porque cuando un pez sufre su instinto antidepredador desaparece, e inicia una búsqueda para aliviar su malestar.

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Olvídate de la expresión “tener memoria de pez”

Posteriormente se han realizado más investigaciones, como la liderada por Culum Brown en la Universidad de Mcquarie, en Australia. Brown destaca la capacidad de sentir de los peces e insiste en la necesidad de evitar la crueldad con ellos y potenciar su bienestar, ya que asegura que son mucho más inteligentes de lo que nos pensamos. Es decir, según Brown deberíamos incluirlos en el mismo círculo moral en que se encuentran otros animales para protegerlos como se merecen.

De hecho, ha demostrado que los peces son capaces de reconocerse a sí mismos y a los demás; que viven en comunidades sociales de tal complejidad que llegan a crear tradiciones culturales estables; que aprenden los unos de los otros y que, en contra de lo que se dice habitualmente, tienen muy buen memoria. Es más, al parecer hay sentidos primarios que los peces tienen mucho más desarrollados que los humanos.

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Si sienten dolor, también sienten el cariño

Los peces sienten cariño y también lo dan. Los peces Cíclidos, por ejemplo, son capaces de mostrar afecto tanto maternal como paternal a sus crías. Cuidan a sus pequeños con pasión y les protegen de cualquier agresión, llegando a cederles toda su comida con tal de que no pasen hambre. En su relación con los humanos, el Cíclido americano llega incluso a reconocer con afecto a su cuidador, ya que es el encargado de su bienestar.

También los grandes Kois de los estanques saben agradecer con muestras de afecto que se les alimente, se dejan acariciar por sus cuidadores y les buscan sacando la cabeza del agua cuando se acercan. 

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