Seco o húmedo, en croquetas grandes o pequeñas, en una o en varias dosis… la mejor manera de alimentar a tu perro viene determinada por su raza, por la actividad física que realiza, por sus necesidades nutricionales y, cómo no, también por sus gustos particulares. Aunque cuando un cachorro llega a nuestro hogar lo normal es que el veterinario, el criador o la protectora de donde lo hayamos cogido nos haya dado unas pautas sobre la manera ideal y más saludable de alimentarlo, conforme el perro crece sus demandas son diferentes.
Tipo de comida
Según si es un perro pequeño o grande, si es cachorro, está creciendo o es adulto, si hace más o menos ejercicio o, incluso, de las necesidades concretas de cada animal, el pienso ideal varía de un perro a otro. Al igual que ocurre con las personas, cada peludo es ‘un mundo’ e incluso dos perros de la misma raza y la misma edad pueden tener un pienso perfecto totalmente distinto.
El tamaño de las croquetas, por ejemplo, viene determinado por el tamaño del can y, conforme va pasando de cachorrito a adulto va cambiando. Algo similar ocurre con complementos alimenticios de cada pienso ya que a medida que va creciendo, tiene unas necesidades biológicas y nutricionales diferentes a cuando ya está completamente desarrollado.
En cambio, otras cuestiones como el sabor o la textura del alimento dependerán únicamente de los gustos del animal.
Dosis
Aunque la mayoría de los piensos para perros suele llevar una tabla de dosis diaria recomendada impresa en su bolsa o caja, es un dato importante para consultar con el veterinario. Estas tablas son muy generales y no tienen en cuenta las necesidades concretas de cada animal, por lo que siempre será mucho más acertado el cálculo que haga el profesional específicamente para tu mascota que el que ofrecen las marcas de alimentación canina.
Etiqueta
A la hora de elegir el pienso es importante tener en cuenta los ingredientes. Tal y como ocurre con las etiquetas en los alimentos que consumimos los seres humanos, en cada envase de pienso sus componentes aparecen en orden en función de la cantidad presente, siendo el primero que aparece el principal de cada tipo de comida.
Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de marcas, las etiquetas indican los pesos de los ingredientes antes de cocinarse lo que significa que, una vez elaborado, la carne pesará menos y los cereales como el arroz o el trigo habrán aumentado su presencia.
Cuando escogemos la comida de nuestra mascota es importante no dejarse llevar por los llamativos mensajes que van impresos en algunos envases. Anuncios del tipo “rico en…”, “sabor a” o el adjetivo “gourmet” no tienen por qué significar que el producto sea de mejor calidad comparado con otro que no lo anuncie por lo que, de nuevo, mirar la lista de ingredientes se confirma como algo básico.
