Yoga en familia: una disciplina para todos los miembros de la casa

Practicar yoga con los tuyos es una de las mejores maneras de disfrutar todos juntos de un tiempo de calidad que reforzará el vínculo familiar y afectivo.

Por Cristina Soria

Si practicas yoga con asiduidad no hay duda de que ya conoces sus beneficios. Pero ¿por qué no compartir todo lo bueno que te ha dado a ti con los que más quieres? El yoga en familia es un forma excelente de tener momentos de encuentro con los tuyos, practicando una actividad que os ayuda a reforzar el vínculo afectivo y a aprender a comunicaros de una manera diferente.

Cuáles son los beneficios

El yoga familiar se puede empezar a practicar desde edades muy tempranas y produce bienestar tanto en el cuerpo como en la mente:

  • Aumenta la flexibilidad y la fortaleza de nuestros músculos y huesos. También se mejora el riego sanguíneo a través de las diferentes posturas.
  • Potencia valores fundamentales como la escucha (a uno mismo y a los demás),  el respeto y la empatía. Al necesitaros los unos a los otros para realizar determinadas posturas, se genera una confianza mutua, imprescindible para que el bienestar familiar.
  • Desarrolla la capacidad de concentración y la capacidad de estar en el momento presente. Este aprendizaje es muy útil realizarlo desde pequeños para saber mantener el control en las distintas situaciones en cualquier momento de la vida.
  • En un nivel más profundo, el yoga nos ayuda a querernos más a nosotros mismos y a lo que nos rodea, en este caso la familia, y al mundo en el que vivimos.

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Encontrad el mejor momento

Podéis empezar por cinco o diez minutos al día, para que los más pequeños se vayan acostumbrando y no se aburran. Además del tiempo que tengáis planificado, incorpora el yoga en pequeños gestos diarios, para que todos puedan integrarlo con más facilidad. Podéis practicar la respiración para ayudar a resolver un enfado entre hermanos, para afrontar los nervios previos a un examen, o para recuperaros después de un día estresante.

Vestíos para la ocasión

Usar la ropa adecuada os ayudará a ser conscientes de que vais a comenzar vuestro entrenamiento y de que este es distinto a otras actividades que realizáis en casa, como cocinar, ver la tele o hacer los deberes. La ropa que uséis ha de ser cómoda y permitir la libertad de movimiento sin ser demasiado ancha. Piensa que, aunque las sesiones en casa sean breves, es posible que empecéis con una temperatura corporal y que esta aumente a los pocos minutos, por lo que no es necesario abrigarse en exceso.

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Di sí a la creatividad

Para que a tus hijos les guste, es necesario que el yoga sea divertido. No te limites a las posturas que conoces: inventa otras nuevas y deja que ellos propongan las suyas para hacer entre todos. Prueba a poner música que les guste y déjales elegir. No os limitéis al salón de casa: practicad yoga en el parque los fines de semana o alguna tarde después del colegio. Así impedirás que se aburran y lo incorporarán con más facilidad a su día a día.

Disfruta de la espontaneidad

Ya sabes que los niños se distraen con facilidad y que es muy difícil conseguir que se mantengan quietos y concentrados durante mucho tiempo. De hecho, a veces también nos resulta muy difícil a los adultos. Sé flexible y permite que se muevan e interpreten las posturas de yoga a su manera. Disfrutad del tiempo que pasáis juntos. Es importante que ellos sientan que no se trata de una imposición, sino de un momento muy grato para toda la familia. Poco a poco ganarán constancia en la práctica y serán ellos los que quieran asegurarse de que lo están haciendo lo mejor posible.

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