Alergia e intolerancia a los alimentos, ¿qué los diferencia?

Te ayudamos a diferenciar ambos problemas, cada vez más habituales

Por hola.com

En estos días festivos que acabamos de celebrar, tal vez te has encontrado con la desagradable sorpresa de haber vivido una reacción alérgica a algún alimento. Y es que los casos suelen aumentar durante las fiestas debido al mayor consumo de alimentos altamente alergénicos y, además, a que se prueban por primera vez determinados productos. Frutos secos, marisco, pescado o algunas frutas son los que con mayor frecuencia se relacionan con reacciones alérgicas.

Por este motivo, hemos querido aclarar lo conceptos con ayuda de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), para diferenciar de forma clara intolerancia y alergia a los alimentos, pues no son lo mismo. ¿Qué diferencias hay? La persona intolerante no puede metabolizar adecuadamente el alimento y presenta síntomas digestivos ante su ingestión, sin participación del sistema inmunológico. Por ejemplo, en el caso de la intolerancia a la lactosa la persona experimenta dolor abdominal y diarrea tras la toma de leche, pero tolera la ingestión de yogures o quesos curados, mientras que el alérgico a la leche no tolera la toma de ningún producto lácteo y los síntomas no se limitan al aparato digestivo.

Diferentes síntomas, diferente gravedad
Los alergólogos recuerdan que los síntomas de una reacción alérgica aparecen en las dos horas siguientes a la ingestión del alimento y que la gravedad varía en función de la cantidad de alérgeno ingerido, sensibilidad de la persona, y de otros factores externos como el asma, el ejercicio físico o el consumo de analgésicos o alcohol. Aunque suelen ser leves, las reacciones a alimentos causan entre el 10% y el 50% de las anafilaxias tratadas en Urgencias, y los más frecuentemente implicados son el huevo, la leche, frutas y frutos secos.

Por el contrario, en las intolerancias los síntomas pueden aparecer más lentamente y suelen manifestarse en forma de náuseas, diarrea, dolor abdominal, cólico, cefalea o sensación de mareo y calor. A diferencia de las alergias, se pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o componente sin que den síntomas o haya peligro.

En nuestro país el diagnóstico de alergia a alimentos se ha duplicado en poco más de una década, pasando de una prevalencia del 3,6% en 1992 al 7,4% en 2005, de acuerdo a los estudios epidemiológicos 'Alergológica' realizados por la SEAIC.

¿Cómo actuar?
Si se sufre una reacción alérgica o se sospecha que se padece una intolerancia, se debe solicitar una visita al alergólogo para que realice un diagnóstico y pueda llevar a cabo el tratamiento. En el caso de sufrir una reacción anafiláctica, se debe acudir a un Servicio de Urgencias porque la atención es urgente y vital.
La doctora Belén de la Hoz, experta de la Sección de Alergología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC explica que, “en el caso de contar con un alérgico a alimentos o un celíaco en casa debemos tener cuidado al hacer la compra y leer atentamente los etiquetados”.

Toma nota
-Extremar la precaución. Los alérgicos viven situaciones fuera de su entorno habitual: en muchos casos se mezclan alimentos o en determinados platos se desconocen los ingredientes exactos.

-Debe mirarse con más atención el etiquetado de dulces, carnes, embutidos, salsas y otros alimentos precocinados. Es importante alertar a las personas que supervisan la alimentación de los niños alérgicos.

-Las asociaciones de pacientes ofrecen en sus páginas web recetas e información muy útiles. 

-Exposición a humos o irritantes como el frío pueden aumentar los síntomas en las alérgicas respiratorias y producir casos de urticaria frigore (alergia al frío).