El cambio climático, eje central del Día Mundial de la Salud

La Organización Mundial de la Salud alerta de este problema, cuyas consecuencias también afectan a nivel sanitario

Por hola.com

Es uno de los temas estrella de los últimos años. El cambio climático ha llegado para quedarse y tanto la clase política como la población en general, lo han incluido entre sus principales preocupaciones. La Organización Mundial de la Salud no ha querido mantenerse ajena a este tema, y ha decidido que el eje en torno al que gire el Día Mundial de la Salud, que se celebra como cada año hoy, 7 de abril, se centre en la necesidad de proteger la salud de los efectos negativos del cambio climático. Con esta elección, la OMS -que celebra este año su 60º aniversario- reconoce que el cambio climático supone una amenaza creciente para la seguridad sanitaria mundial.

El principal objetivo de esta jornada, que se viene celebrando desde 1950, es la concienciación de la población y, en este caso particular, lograr una colaboración entre naciones, de cara a conseguir que todos estemos mejor preparados para hacer frente a los problemas sanitarios relacionados con el clima que se presenten en todo el mundo.

Pero, ¿hasta qué punto está relacionado el cambio climático con la salud? Los hechos parecen constatar que la influencia es bastante grande. Por sólo citar un par de casos, van desde el aumento del riesgo de fenómenos meteorológicos extremos hasta modificaciones de la dinámica de las enfermedades infecciosas. Muchas de las enfermedades más mortíferas son sensibles a las condiciones climáticas, de las que dependen su incidencia y propagación. De hecho, la OMS constata que algunas de las repercusiones sanitarias del cambio climático ya son manifiestas, como puede ser el aumento del número de muertos por olas de calor o las alteraciones de la distribución de los desastres naturales.

Por ello, hay que ponerse manos a la obra, pues, aunque las repercusiones sanitarias del cambio climático serán difícilmente reversibles en años o décadas, no obstante, muchos de esos posibles efectos son evitables o controlables. Desde la OMS se proponen actuaciones concretas, como por ejemplo el reforzamiento de la vigilancia y el control de las enfermedades infecciosas, el uso más seguro de suministros de agua cada vez más escasos, la coordinación de la acción sanitaria en las emergencias o la reducción de la contaminación producida por los medios de transporte.