El sida afecta a cerca de 40 millones de personas en el mundo

Onusida hace público su informe anual, en el que se constata que la epidemia sigue creciendo

Por hola.com

A pocos días de que se celebre en todo el mundo el Día del Sida, un año más se hace público el informe sobre la situación del sida en el mundo que publica Onusida. Y, pese a que nos gustaría decir lo contrario, los datos vuelven a ser, cuando menos, preocupantes. Precisamente con esta palabra define Peter Piot, director ejecutivo del programa de la ONU sobre la enfermedad: "Necesitamos intensificar mucho más los esfuerzos de prevención que salvan vidas al tiempo que ampliamos los programas de tratamiento del VIH".

Y la situación es preocupante porque, lejos de disminuir, la epidemia sigue creciendo y, lo que es peor, existen indicios preocupantes de que en algunos países que hasta estas fechas tenían tasas de infección estables o en retroceso, éstas vuelven a aumentar. Es el caso, por ejemplo, de Uganda, donde se ha frenado el ritmo de los avances o incluso están aumentando los casos.

En el mundo actualmente viven alrededor de 39,5 millones de personas con la enfermedad. Sólo en 2006 se han producido 4,3 millones de nuevas infecciones, y 2,9 millones de personas han fallecido como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida. Una vez más, África sigue siendo ‘la zona cero’ de la epidemia, pues un 65% de las nuevas infecciones (2,8 millones) se dieron en el África subsahariana, donde, además, las mujeres son las más perjudicadas, pues continúan teniendo más probabilidades de infectarse por el VIH que los varones y, en la mayoría de los países de la región son ellas también las que suelen encargarse de cuidar a las personas infectadas por sida.

Desde la OMS consideran que es fundamental seguir aumentando la inversión. "En África subsahariana, la región más afectada, la esperanza de vida al nacer es tan sólo de 47 años, lo que viene a ser 30 años menos que en la mayoría de los países de ingresos elevados". Pero, además de en este continente, se han registrado importantes aumentos en Europa oriental y Asia central.

En el llamado mundo rico no se pueden lanzar, sin embargo, las campanas al vuelo, pues el número de nuevas infecciones se ha mantenido invariable, caso de América del Norte y Europa occidental. ¿La razón? Posiblemente que a menudo los programas de prevención no se sostienen o no se adaptan a los cambios de la epidemia. "Los países no están actuando al mismo ritmo que sus epidemias", apunta Piot.

Pero entre tanto dato desalentador, hay pequeños retazos de esperanza, sobre todos los que se refieren a las nuevas tendencias de comportamiento sexual entre los jóvenes: mayor uso del preservativo, aplazamiento del inicio sexual, etc. Gracias a estos nuevos hábitos, se observan claros retrocesos en la prevalencia del sida entre 2000 y 2005 en países muy afectados, como Botswana, Burundi, Kenya o Tanzania. Pese a ello, el informe presentado ayer en Ginebra recalca que los niveles de conocimiento de las relaciones sexuales seguras y el VIH siguen siendo bajos en muchos países. Un dato llamativo: incluso en países donde la epidemia tiene un gran impacto, como es el caso de Swazilandia y Sudáfrica, una gran proporción de la población piensa que corre riesgo alguno de infectarse.

Uno de los principales problemas es que en muchos países, los programas de prevención no están llegando a las personas más expuestas al riesgo de infección, como los jóvenes, las mujeres, los varones homosexuales, los profesionales del sexo y sus clientes, los consumidores de drogas intravenosas y las minorías étnicas y culturales. Por todo ello, desde Onusida se hace hincapié en la necesidad de continuar con la lucha sin tregua frente a la enfermedad.