Por ello es fundamental seguir una higiene bucal correcta, para mantener sana nuestra dentadura. De hecho, el tiempo empleado en la higiene bucal no supone más de diez minutos diarios. Y, ante todo, se debe emplear el material adecuado, con un cepillo con filamentos suaves que le permita llegar a todos los dientes. Debe tener una cosa en cuenta y es que, una vez que las cerdas estén torcidas o desgastadas, se debe comprar otro. Hay que cepillarse todos los dientes durante al menos dos o tres minutos, tanto en su cara interna como externa, a ser posible tres veces al día, colocando el cepillo verticalmente y realizar movimientos suaves de vaivén. Esto se puede completar usando enjuague bucal tras los cepillados.
Y por último, el hilo dental, importante para eliminar los restos de comida de entre los dientes. Al principio le puede resultar un poco difícil, pero es sólo hasta que tome práctica. No sabe lo importante que es usar la seda dental: reduce la placa y la posibilidad de tener caries tanto como el cepillado. Hay que enrollarlo en cada uno de los dedos medios y mantenerlo estirado entre el pulgar y el índice, dejando un pequeño espacio de hilo libre. Después hay que introducirlo suavemente entre los dientes, curvarlo formando una C sobre la superficie de cada diente y deslizarlo entre el diente y la encía. No hay que olvidar los dientes de atrás, ya que son dientes con mayor riesgo de padecer caries y enfermedades de encía.
Por último, se pueden utilizar en cualquier momento del día las láminas de higiene dental que han llegado al mercado (por ejemplo de la firma Listerine), para dar frescor a la boca. Y, sobre todo, es básico visitar al dentista por lo menos una vez al año para un chequeo rutinario, ya que un mantenimiento preventivo es la mejor manera de asegurar dientes y encías para toda la vida.
