¿Dejar de fumar engorda?

Las alteraciones de peso que se producen cuando se abandona el tabaco son reversibles

Por hola.com

Seguro que ha oído la frase a muchos fumadores: cuando dejé de fumar, engordé muchísimo. No hay duda de que la relación entre tabaco y peso es un hecho comprobado por todos los ex fumadores; cuando se deja de fumar, se gana peso. Aunque esta situación puede parecer un perjuicio, es sólo en apariencia, puesto que el tabaquismo es enormemente perjudicial para la salud, hasta el punto de que se ha convertido en la primera causa de muerte evitable en el mundo civilizado.

Pesar más de la cuenta no es saludable, pero las alteraciones de peso que produce dejar de fumar son reversibles. Con dietas hipocalóricas y cambios en el estilo de vida se pueden controlar, además del peso, la hipercolesterolemia, la hipertensión, las alteraciones coronarias y todos los problemas de sobrepeso. Por el contrario, las consecuencias del tabaquismo son irreversibles. Fumar conlleva un grave deterioro de la salud y favorece la aparición de enfermedades pulmonares, como el cáncer o la EPOC.

La Universidad de Okayama, en Japón, ha realizado un estudio durante cuatro años con chicas fumadoras de entre 12 y 15 años que consideran la delgadez un factor importante de su apariencia y su personalidad. Tras las diferentes investigaciones, han llegado a la conclusión de que aquellas que demuestran mucho interés por mantenerse delgadas tienen cuatro veces más posibilidades de convertirse en fumadoras habituales que las que no le dan importancia al peso.

Además, a la hora de abandonar el hábito de fumar, las pacientes que consideraban la delgadez algo muy importante en sus vidas tenían más dificultad para dejar este vicio que aquellas que le prestaban menos atención. Los autores del estudio también han concluido que el interés por el control del peso y la realización de dietas para no engordar pueden ser factores que predicen el tabaquismo en las adolescentes.