Si la madera es un material cálido por naturaleza, ¿por qué no sacarle aún más partido en este sentido mediante calefacción por suelo radiante? Esto que parece de lógica elemental, no obstante, choca con toda una serie de (falsos) mitos sobre la no conveniencia de instalar un suelo de madera natural sobre un sistema de climatización de este tipo, entre ellos, que la madera funciona como aislante y no ofrece una buena transmisión del calor o que las juntas de las lamas se pueden abrir por los cambios de temperatura y humedad, etc. Te explicamos, con datos, todo lo que debes saber para disfrutar del confort que ofrece la combinación de este pavimento natural y la calefacción más saludable (según la OMS, aunque se refiere en especial a la calefacción radiante por agua, descartando la eléctrica).

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Madera decorativa y sostenible

Son muchos los mitos que rodean el uso de la madera para suelos (y que le cuelgan la etiqueta de frágil o difícil de mantener) que, en realidad, no son más que fruto del desconocimiento de las prestaciones de este material natural, sostenible, renovable y que permite disfrutar de entornos saludables. Uno de los más repetidos es, precisamente, que el parquet o las tarimas de madera no son pavimentos compatibles con los sistemas de calefacción radiante, uno de los que más está creciendo en la actualidad, avalado por razones tales como su eficiencia energética o la comodidad que aporta, sin olvidar las ventajas que, desde el punto de vista decorativo, ofrece el hecho de que sea un sistema invisible.

Pero los mitos (sobre todo los falsos) se combaten con información, razón por la que la Asociación Nacional de Fabricantes de Parquet realizó en su día una serie de ensayos que respaldan la idoneidad de los pavimentos de madera en combinación con calefacción radiante (y los puntos que te explicamos a continuación), en colaboración con Uponor, Bona y Lafarge Holcim.

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¿La madera impide el paso del calor?

Aunque lo hayamos oído muchas veces, la madera no es un aislante térmico (en el sentido de que impida el paso del calor procedente de las tuberías del suelo radiante). Sí es un material muy adecuado desde el punto de vista de la construcción en cuanto a aislamiento térmico y acústico (a lo que suma sus propiedades para regular la humedad del ambiente), pero es perfectamente compatible con sistemas de calefacción radiante.

Eso sí: hay que reconocer que su conductividad no es tan alta como la de otros suelos, como los de cerámica o de piedra natural, por lo que tardará algo más en alcanzar la temperatura de confort, pero, en contrapartida, la madera mantiene la temperatura durante mucho más tiempo después de haber apagado la calefacción que los mencionados.

Los suelos de madera maciza de Junckers (en la imagen) están garantizados para su uso con calefacción por suelo radiante y se pueden colocar sobre la mayoría de los sistemas que vayan instalados dentro de un subsuelo de solado.

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No te harán gastar más en energía

Vaya por delante que todos los materiales que pongas sobre una fuente de calor presentan una resistencia que influye en la pérdida de eficiencia del sistema. Así, si bien la madera no sería el material más eficiente, en términos absolutos, en este sentido, no es menos cierto que lo importante es la eficiencia del conjunto y no de un solo elemento de este. De ahí que, teniendo en cuenta la inercia térmica propia de la madera y el hecho de que la calefacción radiante está especialmente indicada en climas fríos, en los que se mantiene en funcionamiento de forma continuada a lo largo de todo el invierno, el parquet o las tarimas no suponen un gasto extra en calefacción.

La mayoría de los parquets de Karelia, como este en roble blanqueado de una lama, son ideales para su uso con sistemas de calefacción radiante, siempre teniendo en cuenta que la temperatura de la superficie del suelo no supere los 27°C y que la fluctuación de temperatura no sea mayor de 5°C en el transcurso de cualquier periodo de 24 horas, tal como indican desde la firma.

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Variedades de madera aconsejables

¿Sirve cualquier variedad? En este caso, la respuesta es no. La norma que regula la colocación de parquet sobre suelos radiantes recomienda elegir maderas duras (con una densidad elevada), de especies estables y con poco nervio (que tengan pocos movimientos estructurales), entre las que se cuentan tanto la mayoría de las maderas tropicales (doussié, iroko, merbau, ipé…) como otras tradicionalmente empleadas en pavimentos, como pueda ser el roble. El suelo de madera calefactable de la imagen es del fabricante Jesús del Ser.

Los nuevos pavimentos de bambú también ofrecen una buena transmisión térmica y una gran estabilidad dimensional. Los expertos desaconsejan otras, como puedan ser el arce, el haya o la jatoba.

Qué debes tener en cuenta

No obstante, hay que tener en cuenta que estas recomendaciones son para suelos de madera maciza ya que, en el caso de los parquets multicapa, la variedad de la cara noble no resulta determinante. De hecho, tal como explican desde la firma especialista Haro (a la que pertenece el espectacular ambiente con altillo de la imagen) gracias a los modernos procesos de fabricación, cada vez se pueden instalar más tipos de madera en la calefacción por suelo radiante hasta las no recomendadas a priori. Así, incluso especies de madera como el haya funcionan para su uso en suelos multicapa con calefacción por suelo radiante de la compañía.

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El grosor ¿importa?

Esto nos lleva a otra cuestión importante a considerar: el grosor del suelo. En este caso, la recomendación es que este vaya desde 15 hasta 22 mm como máximo, aunque siempre hay que tener en cuenta la densidad de la madera, ya que las variedades más duras permiten grosores también superiores. Eso sí, hay que tener en cuenta que, cuanto más densa es la madera, más tardará también en transmitir el calor acumulado en su interior, aunque los ensayos mencionados aseguran que en menos de 24 horas los ambientes se encuentran climatizados de forma óptima con un sistema de baja temperatura (máximo 27º C).

El parquet multicapa Roble Biscotti, de Kährs (en la fotografía) es una propuesta de una lama con microbisel, con un grosor de 15 mm y un acabado cepillado.

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¿Cuál es el mejor sistema de instalación?

Los ensayos realizados de acuerdo con la normativa vigente recomiendan la colocación encolada al sustrato de los suelos de madera para un óptimo reparto del calor. En el caso de las tarimas macizas, se desaconseja la colocación clásica sobre rastreles (dado que se crearía una cámara de aire que influiría en la eficiencia del sistema negativamente).

Además, es importante recalcar que el sistema de calefacción radiante adecuado para los pavimentos de este material es el que está compuesto por tuberías de agua embutidas en morteros autonivelantes (preferiblemente en base anhidrita, un mineral de la familia del sulfato cálcico que facilita la transmisión de calor).

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En el caso del parquet flotante

Los suelos multicapa de instalación flotante también son compatibles con calefacción radiante, aunque, en estos casos, los expertos aconsejan colocar un subsuelo bajo las lamas con la menor resistencia térmica y que, al mismo tiempo, integre una barrera de vapor que detenga la posible humedad ascendente o la condensación (que no se daría en el caso de los suelos encolados).

Unilin garantiza que el parquet Unicli Multifit de la marca Quick-Step (en la imagen) se puede combinar con un sistema de calefacción por suelo radiante de baja temperatura, cuando los elementos térmicos del sistema estén encastrados en el suelo, tanto en versión encolada como flotante, aunque excluye los de maderas de haya y fresno.

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El miedo a que se mueva o abra el suelo de madera

No habrá problemas siempre que la instalación se realice de manera ajustada a la normativa, que exige el cumplimiento de unos parámetros y que, a su vez, se traducen en ciertos plazos de tiempo. Así, el nivel de humedad de la solera (la base en la que están embutidos los conductos y sobre la que se encola el suelo de madera), no debe ser superior al 2% y esto, que debe ser controlado por los profesionales que realicen la instalación del suelo, requiere un proceso de secado que puede alargarse de tres a cinco semanas, a lo largo de las cuales se va elevando progresivamente la temperatura del sistema hasta llegar al punto óptimo para la colocación del suelo.

Listone Giordano (en la imagen, una propuesta de la colección Atelier) fue el primer parquet con capa a vista de 5 mm de espesor que superó con sobresaliente el estricto test Tokyo Jas, mediante el que fue sometido a una prueba de estrés de 300 horas consecutivas de duración en un sustrato que contenía canalizaciones con agua circulante a una temperatura de casi 80° C. Se trataba de una situación límite que, obviamente no debe reproducirse en las aplicaciones comunes pero que demostró, fuera de toda duda, su compatibilidad con la calefacción radiante.

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Más aspectos (cruciales) a tener en cuenta

Aunque el uso de la calefacción radiante con suelos de madera está muy extendido en los países nórdicos (y con climas más que fríos), lo que prueba su eficiencia, hay que tener presente que la instalación de estos sistemas requiere materiales adecuados y, sobre todo, profesionales especializados, que nos ofrezcan confianza.

Por lo demás, la limpieza y el mantenimiento de un suelo de madera con calefacción radiante será el mismo que en el caso de uno con climatización convencional, prestando especial atención al grado de humedad ambiental, que se recomienda que se sitúe entre el 50 y el 70% en las zonas del litoral y entre el 35 y el 60% en las de interior (valores que también son los más saludables para las personas que habitan la vivienda).

Este es el parquet multicapa Medfloor Old, distribuido por Gabarró, una colección de aspecto rústico con cuatro lados biselados y superficie teñida y envejecida.

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