No sirve cualquier luminaria
Sea cual sea la lámpara por la que te decidas, es muy importante completarla con una fuente lumínica que reproduzca los colores naturales de la comida con fidelidad. Para ello, los expertos aconsejan bombillas con un índice de rendimiento cromático (IRC) alto, es decir, de 80 o más, y una temperatura de color cálida (de unos 3.000 grados Kelvin). Ambos datos puedes consultarlos en el embalaje de las luminarias.
Por otra parte, las propuestas que permitan regular su intensidad se implantan cada vez más porque resultan muy prácticas para crear diferentes escenarios lumínicos en función del momento del día y el uso que se haga de la mesa del comedor.
En la imagen, varias lámparas de suspensión Multi-Lite, de la firma Gubi. Su peculiar diseño, formado por dos pantallas móviles, permite crear una instalación totalmente personalizada, en función de cómo se coloquen dichas pantallas.
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