Las habitaciones abuhardilladas se debaten entre el encanto de dormir bajo las estrellas y la posible sensación de agobio que puede producir la pendiente. Sin embargo, distribuyendo bien el espacio, colocando los muebles adecuados y eligiendo el lugar idóneo para cada elemento, crear el dormitorio de tus sueños es más fácil de lo que parece. Poseen 'charme' y la cercanía de su techo aporta un plus de calidez y de intimidad que no tiene que resultar agobiante.
1. Elige los muebles idóneos
Aunque parece obvio, cuanto más se inclina el techo, más recomendables son los muebles bajos. Porque este lado tan inclinado, además de hacer retroceder el espacio en el que puedes ponerte de pie, tiende a abarrotar la habitación y a desordenarla visualmente. Los muebles bajos contrarrestan este efecto, porque despejan la altura, ofreciendo un espacio vacío, permiten que la habitación respire y, así, parece más espaciosa. Si el lateral no invade demasiado la habitación, es posible jugar con la altura con piezas altas y estrechas, así como con cortinas para acentuar esta impresióna lo alto.
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