1. Un baño de sensaciones
Si hay algo común a las (muchas) novedades para el baño que se han visto en Milán, es que todas ellas apelan, de un modo u otro, a las emociones: ya sea desde los materiales, las prestaciones que ofrecen o lo que implica su estética.
Un buen ejemplo de ello (que, además, hace referencia a otra gran corriente vista en la feria: el auge del wellness doméstico), es la bañera Stillness, de la firma estadounidense Kohler. Se trata de un modelo tecnológico inspirado en los ‘baños de bosque’ japoneses (o shinrin-yoku) que combina agua, luz, niebla y aromas para proponer un viaje para los sentidos que relaja la mente, calma el cuerpo y renueva el espíritu. En definitiva, un auténtico santuario de autocuidado que en su versión más lujosa cuenta hasta con rejillas para el desbordamiento de agua.
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