El abono y el riego, fundamentales
Está claro que si no riegas tus plantas terminarán muriendo, especialmente en verano. Sin embargo, además de regar las plantas, hay que hacerlo de la forma correcta: de lo contrario puede que continúen vivas, pero no producirán flores o no como deberían hacerlo.
No se trata simplemente de aportar agua y abono, sino que hay que hacerlo con el objetivo de prolongar y favorecer la floración.
En verano es imprescindible, en la mayoría de las plantas, aumentar la frecuencia de riego, debido al calor. Aporta agua a tus plantas al amanecer y al atardecer y así minimizarás la evaporación de agua.
En cuanto al abono, es una tarea clave si quieres que tus plantas florezcan más y mejor. Las plantas necesitan una considerable cantidad de energía para producir flores, por lo que tendrás que aportarles nutrientes en forma de fertilizante para plantas de flor. ¿Por qué elegir este tipo y no uno universal? Los abonos específicos para plantas de flor son ricos en fósforo y potasio, nutrientes que ayudan a producir flores más bellas y con colores intensos. Los abonos ricos en nitrógeno no son adecuados, porque potencian el crecimiento del follaje y no tanto de las flores.
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