El verano es sinónimo de descanso, vacaciones y calor, pero también de mosquitos que te atacan sin piedad mientras duermes o no te dejan disfrutar de una comida o momento relajado en el jardín o la terraza. Pero, tranquila, tenemos las plantas adecuadas para hacer que no se acerquen a ti, ni a tus platos. Además, para potenciar sus efectos es importante que instales mosquiteras en todas las ventanas, o al menos en las del dormitorio, no tengas recipientes con agua estancada y pongas trampas en el exterior. También es conveniente tener a mano aceites esenciales, así como velas para interiores y exteriores que los alejen de ti y de tus estancias. Recuerda que encender el aire acondicionado, es una invitación directa a marcharse de tu vivienda.

1. Geranio limón

En el balcón o la terraza, los geranios perfumados son uno de tus mejores aliados para mantener tu casa libre de bichos. Estos tipos de geranios liberan ciertas sustancias que perturban el sistema nervioso de los mosquitos. Colócalos a pleno sol, nunca en sombra, y riégalos al menos dos veces a la semana en verano, una en otoño-invierno. Para que siempre estén bonitos, pódalos tras la floración y elimina hojas y flores secas. ¿Un plus de efectividad? El aceite esencial de geranio rosat, especialmente, es infalible.

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2. Lavanda

El olor a lavanda tiene, además de poderes repelentes contra los mosquitos y moscas, la capacidad de perfumar las estancias. Apta tanto para fuera como dentro de casa, siempre que haya mucha luz. Puedes cultivarla en maceta en el balcón o en el jardín, en el alfeizar de la ventana de la cocina o en tu dormitorio y, asi disfrutar de un agradable aroma a mediterráneo, mientras puedes dormir a pierna suelta. Riégala de forma moderada, sin encharcar el sustrato. Para crecer frondosa, necesita un buen drenaje y un sustrato ácido.

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3. Albahaca

Estamos ante uno de las soluciones naturales antimosquitos más potentes, especialmente la variedad limón. Este clásico de tu cocina, indispensable en muchos de tus platos y cócteles, es capaz de mantener alejados a las moscas blancas y a los mosquitos gracias a su aroma. Puede cultivarse dentro o fuera de casa, siempre que la ubiques en una zona soleada, donde haga calor. Riégala de forma regular, casi a diario, pero mantén a raya la humedad. Procura no mojar sus hojas.

4. Citronela 

Si hay un olor que repele a los mosquitos es el limón. Al igual que otras plantas aromáticas, la citronela es una de las especies más eficaces para una casa sin insectos. Al liberar una molécula olorosa cítrica, altera el sistema nervioso de los mosquitos. Por cierto, su aceite alivia la picadura. Amante del sol, resulta muy fácil de cuidar, siempre que la tengas en una zona soleada. Riégala de forma frecuente, aunque manteniendo el sustrato seco.

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5. Tomillo limonero

Esta pequeña planta con un agradable aroma a limón es una de las plantas antimosquitos más resistente, capaz de sobrevivir tanto a las heladas como a las altas temperaturas. Si está en una zona muy soleada, es imprescindible mantener el sustrato siempre húmedo, sin encharcar. Para una acción áun más eficaz, úsala como ungüento, cortando sus hojas, frotándolas entre las manos y extendiéndolas por los brazos y el cuello.

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6. Caléndula

Las caléndulas desprenden un olor fuerte que es desagradable para los mosquitos y también para otros insectos como los pulgones, que contiene piretrina, un insecticida natural. Sin olvidar que, sus flores amarillas o naranjas, florecen durante el verano, por lo que ahuyentarán a los mosquitos, al mismo tiempo que decorarán tus espacios exteriores. Riégala regularmente hasta que termine la floración, evita encharcarla y haz que cuente con un buen drenaje. Si quieres que florezca bien, colócala al sol.

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7. Menta

Los mosquitos odian el olor de sus hojas, razón de sobra para tenerla dentro y fuera de casa, aunque no olvides que es de crecimiento rápido, por lo que es conveniente controlar su desarrollo. Colócala en semisombra, en una ventana, en la entrada de la casa o en otro lugar estratégico, riégala con frecuencia y aprovecha sus hojas para preparar un delicioso té helado, con propiedades depurativas. Si quieres que su aroma se propague, solo tienes que frotar sus hojas.

8. Romero

Estamos ante una de las plantas aromáticas más resistentes. Al igual que la lavanda, el romero repele a los insectos, incluidos los mosquitos y las polillas. Crea una barrera natural con esta planta aromática y saca partido a su poder decorativo y a sus propiedades culinarias, ya que es perfecta para las carnes a la brasa. Para potenciar sus efectos, una buena idea es quemar alguna de sus hojas o usarlo en aceite para una vela. Sitúala en una zona soleada, aunque no con sol directo en las horas centrales del día, protegida de las heladas. Apenas necesita agua, por lo que hay que regarla de forma moderada, evitando el encharcamiento.

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9. Melisa

Aunque resulta vistosa por sus flores blancas con forma tubular, son sus hojas, más concretamente su aroma, las encargadas de mantener a los mosquitos a raya, debido al olor que desprenden. Colócala en un lugar con luz y riégala regularmente, aunque teniendo cuidado de no encharcarla. Recuerda que estás ante una especie medicinal, así que no desaproveches sus propiedades para calmar los nervios, aliviar el dolor, diuréticas...

10. Nicotiana alata

Además de tener una floración espectacular, esta planta libera un olor intenso por la noche que ahuyenta a los mosquitos. Coloca esta hermosa especie perenne con pequeñas trompetas de colores en el jardín o en el balcón y presume de rincón.  Además, de junio a octubre da flores rojas, rosas o blancas, poniendo una pincelada de color.

11. Laurel

Su aroma repele tanto a mosquitos como a moscas y avispas, por lo que el recibidor o las ventanas son los mejores lugares para que cumpla su función. Es uno de esos árboles, pueden llegar a alcanzar los 10 metros de altura, que puedes tener en maceta y cuyas hojas puedes quemar para ahuyentar a los mosquitos. Recuerda que, para aderezar tus platos, siempre deben estar secas. Estamos ante una planta fácil de cuidar, que debes regar con moderación, sin encharcar el sustrato, protegida tanto del sol directo como de las heladas.