5. Interruptores, paredes y techos
Otros de los grandes olvidados. Y, aunque las paredes y techos no hay que limpiarlas semanalmente, sí que conviene darles un repaso de vez en cuando para quitar el polvo que suele acumularse. Para hacerlo, coge la escoba y envuelve el cepillo con un paño limpio y seco. Pásalo por toda la superficie, sacudiendo de vez en cuando el paño para quitar el polvo que vayas eliminando.
Y lo mismo con las paredes. Si tienen alguna mancha, ten en cuenta el material de la superficie. Si está pintada con pintura plástica, limpia la pared con una esponja mojada en agua jabonosa sin presionar demasiado. Aclara con otro paño y seca con un trapo que no suelte pelusas. Si la pintura es lavable, será más sencillo eliminar las manchas sin miedo a que se vaya la pintura.
Para limpiar una pared con papel pintado, dependerá del tipo de papel. Si es vinílico, puedes hacerlo con un paño húmedo. Para el de normal o TNT, inténtalo primero con una goma de borrar y, si la mancha no se va, prueba con un paño mojado con agua con gas y bien escurrido.
Para los interruptores y las zonas de alrededor, que suelen mancharse con más facilidad, te recomendamos que hagas una pasta con agua y bicarbonato y la apliques con un paño. Después quita los restos y seca.
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