Butacas (y todo tipo de muebles) de mimbre y fibras
Resulta sorprendente saber que en el Antiguo Egipto ya se creaban muebles con mimbre. Siguieron con la tradición los romanos y su uso se mantuvo durante centurias. De hecho, en el siglo XVII era muy utilizado para la fabricación de cunas y moisés de bebés por su transpirabilidad y comodidad frente a otros materiales como la madera o el metal.
A principios del XX, los muebles de mimbre y otras fibras naturales vivieron un gran auge que comenzó a decaer en la década de los 30 ante la búsqueda del usuario de muebles más estilizados y menos victorianos.
Después, en los años 60 y 70, los muebles de mimbre volvieron a resurgir con fuerza, en gran parte gracias a sus llamativos diseños. Pero, como toda moda, cayeron en el olvido hasta hace unos años, que han vuelto a llenar las páginas de revistas de decoración. Y tal vez con formas menos ostentosas, más minimalistas, pero con la misma esencia: la naturalidad que aportan, la comodidad que ofrecen estos materiales para trabajarlos y la cantidad de diseños que ofrece su maleabilidad.
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