La decoración de paredes no siempre es fácil, o al menos no tanto como a priori pudiera parecer, ya que entran en juego muchas perspectivas, que van desde la altura correcta o la armonía cromática hasta el encuadre de la obra. Aunque antes nos conformábamos con colgar los cuadros de forma aleatoria, con más o menos gusto y acierto, ahora buscamos crear composiciones equilibradas, resaltar una pared para que brille en solitario (las llamadas 'de acento'), establecer un vínculo emocional con las obras y, al mismo tiempo, integrarlas en la casa. Esta lista con los errores más frecuentes y sus soluciones te ayudará a colgar tus cuadros sin temor a equivocarte.
Reglas que no puedes saltarte
La mejor forma de no confundirte es recrear la composición que quieres hacer con cinta adhesiva en la pared o hacer una prueba en el suelo y comprobar el efecto, de forma que todas las piezas encuentren su lugar. Para que sea más fácil, toma el centro de la pared como punto de partida y muévete alrededor de él. Recuerda empezar por las obras más grandes y continuar con el resto y que la mezcla siempre aporta un plus de estilo. Por eso, no dudes en combinar tamaños, encuadres y técnicas, manteniendo, eso sí, el mismo espacio entre ellas y una conexión.