La llegada del buen tiempo nos obliga a cambiar la decoración y adaptar la casa a la nueva estación, especialmente la del dormitorio donde las mantas y edredones nórdicos en tonos oscuros y texturas amorosas provocan sarpullido, visual y físico, cuando el termómetro supera los 20º. Ahora es un buen momento para dar una mano de pintura o renovar los textiles y algunos complementos con colores alegres, relajantes y vitaminados, que permitan poner tu habitación en modo verano, sin tener que cambiar los muebles del dormitorio. Estas combinaciones, en lisos o estampados, te ayudarán a conseguirlo.
Amarillo y blanco: aliados del sol
Alegre y luminoso, el amarillo es uno de los tonos con más sabor a verano. Una inyección de energía positiva instantánea que, además tiene la capacidad de aumentar la sensación de amplitud y de convertir una habitación oscura en una llena de luz. Su uso depende de tu grado de atrevimiento y de las sensaciones que te produce (lo de la mala suerte no está demostrado). Una buena idea es usarlo en pequeñas dosis, como en este dormitorio, donde la funda nórdica y los cojines de la colección Countryside de Westwing a cuadros amarillos y blancos es todo un acierto. Eso sí, para la temporada estival mejor tonos frescos, como el limón, que apagados como el mostaza.
Relacionado: Descubre cuáles son los colores de tendencia para pintar el dormitorio