Ya sea porque Elon Musk te haya animado a apostar por la energía solar en un país como España, tan ventajoso en términos de radiación solar, o porque tienes la sensación de que los precios de la energía eléctrica están más altos cada día, seguro que si aún no tienes esta renovable en casa quizá te estés planteando instalarla. ¿Crees que tiene muchas limitaciones porque vives en un edificio de viviendas? Junto a Jorge Zaldo, responsable del departamento técnico y de mantenimiento en Norsol, te contamos todas las claves para instalar placas fotovoltaicas tanto si resides en un piso como en una casa.

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Ahorros sustanciales en las facturas

La solar es una energía renovable con alta demanda entre las personas sensibilizadas con una arquitectura sostenible y el cambio climático. Otro factor muy ventajoso es el de los ahorros que se logran. Ahora es un momento idóneo para la instalación de autoconsumo solar, porque se reciben muchas ayudas.

Las instalaciones solares tienen una vida útil de 30 o 35 años y en estos momentos los periodos de retorno de inversión para instalaciones domésticas pueden rondar de media los 7-8 años, todo ello sin tener en cuenta subvenciones ni otras ayudas como bonificaciones, reducción del IBI, etc., como suele haber en muchos casos. “¡Y no olvidemos que, una vez amortizada la inversión inicial, los kWh que generamos son prácticamente gratuitos!”, nos recuerda Jorge.

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Placas solares, fáciles de instalar (y de usar)

Una importante punto a favor de la tecnología fotovoltaica es su sencillez y facilidad para adaptarse a las peculiaridades de cualquier tipo de edificio.

El experto señala que es importante comenzar con un estudio preciso del perfil de consumo de la familia, conocer cuánto y cómo consume es la clave para analizar y dimensionar la instalación solar más adecuada a ese perfil. Después, en términos constructivos, existen diferentes tipos de estructuras que se adaptan a cada tipo de cubierta (si ese es el lugar que donde se decide instalar las placas), garantizando a largo plazo el correcto funcionamiento.

Por último, respecto al uso, este es muy fácil: una vez dada de alta y legalizada nuestra instalación comienza a generar energía que es autoconsumida en el interior de la vivienda y, mientras, podemos observar desde cualquier dispositivo la monitorización de la instalación con todos los datos necesarios para entender los ahorros que estamos consiguiendo.

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Instalación en una casa unifamiliar

Habrá que estudiar las peculiaridades en cada vivienda unifamiliar que hagan que sea más sencillo o complejo el diseño de la instalación solar. “El tipo de cubierta, la orientación, la inclinación o la posición de chimeneas u otros elementos que puedan provocar sombras son generalmente los elementos que más inciden en esa facilidad o dificultad. También hay que tener en cuenta que necesitaremos disponer de un pequeño espacio, generalmente interior, donde ubicar el inversor (equipo que transforma la corriente continua producida por los paneles en corriente alterna), que se conectará al cuadro general de la vivienda”, detalla Jorge.

En la imagen el jardín de la vivienda passivhaus premium bautizada con el nombre de Can Tanca, proyectada y construida en Ibiza por Terravita, que está desconectada de la red eléctrica y de agua.

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Bloques de pisos

Una comunidad de propietarios va a requerir el acuerdo de los vecinos para el uso de los elementos comunes. Podría plantearse un proyecto de autoconsumo solar en el que la producción de energía fotovoltaica es utilizada para la electricidad en elementos comunitarios (ascensores, garajes y luces de portal) y se haría a través de la modalidad individual de autoconsumo.

Mientras que si lo que se pretende es el disfrute en las viviendas de la energía fotovoltaica de ese mismo proyecto, se podría hacer a través de la modalidad de autoconsumo compartido, en la que los usuarios deberán establecer el porcentaje en el cada uno participa de la generación solar.

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Alternativas a la instalación en cubiertas

“En edificios colectivos con bastante densidad de viviendas lo que observamos es que los espacios disponibles en cubierta suelen ser limitados para hacer instalaciones suficientemente grandes para el uso de todos los vecinos. Suelen ser cubiertas con otras instalaciones ya ocupando un espacio (térmicas o de telecomunicaciones) y con chimeneas o volúmenes que provocan sombras por lo que limitan mucho la colocación de paneles”, explica Jorge.

No obstante, existen diversas opciones de integración arquitectónica, más allá de los paneles solares en las cubiertas. De hecho, la tecnología fotovoltaica ha evolucionado hacia otras soluciones muy interesantes que pueden cumplir una doble función, energética y de diseño e innovación. A través del conocido vidrio solar podemos llevar las células fotovoltaicas a fachadas solares, pérgolas, marquesinas, aleros, muros o balcones tanto en edificios existentes como en proyectos de nueva edificación.

La fachada solar de la imagen, por ejemplo, ha sido instalada por Norsol. Se trata de un edificio en Valladolid que se ha rehabilitado de forma que la energía producida por esta fachada fotovoltaica es consumida en el interior del edificio consiguiendo un importante ahorro económico y contribuyendo con la sostenibilidad al reducir significativamente sus emisiones de CO2.

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Elementos de la energía solar

Esta energía renovable consta de varios elementos que deben situarse dentro y fuera de la vivienda:

• Paneles solares soportados por la estructura adecuada a cada sistema de fijación, en cubierta, suelo, fachada, etc. En la imagen, por ejemplo, se sitúan en la marquesina de un garaje.

• Cableado de corriente continua hasta el inversor, que suele colocarse en el interior de la vivienda

• Cableado de alterna entre el inversor y el cuadro general.

Desde Norsol hacen esta advertencia: “aunque en apariencia son sistemas sencillos es siempre recomendable contar con empresas cualificadas y con experiencia tanto en el diseño como la ejecución y la legalización del sistema, no olvidemos que la mayor parte de los incendios en edificios suelen tener su origen en el cuadro eléctrico de la instalación”.

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El combo perfecto, en cubierta ajardinada

En la propuesta, vemos una solución muy ecológica, una cubiertas verde y paneles solares, todo instalado por la empresa especializada en impermeabilización Norteña. Esta combinación resulta muy interesante por las ventajas ya conocidas de la propia cubierta ajardinada como son un mayor aislamiento térmico y la estética natural, a lo que se añade un mejor rendimiento de la instalación solar fotovoltaica dado que esta cubierta alcanza una menor temperatura en las horas de plena radiación solar y esto incrementa el rendimiento de los paneles fotovoltaicos, aumentando la rentabilidad y retorno de la inversión del conjunto.

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Baterías que almacenan la energía, ¿sí o no?

Una acumulación de energía puede resultar interesante para su uso cuando ya no hay sol. No obstante, Jorge considera que en lugares donde tenemos a nuestro alcance la red general habría que estudiar muy detalladamente la casuística y la motivación para querer incorporar baterías a una instalación solar. “Estamos haciendo cada vez más instalaciones con baterías, pero hay que tener en cuenta que la regulación de autoconsumo solar ha mejorado mucho las condiciones y nos permite compensar o vender los excedentes de nuestra planta que no son autoconsumidos en tiempo real, por lo que nada se pierde”, comenta. Y añade esta consideración: "el almacenamiento en baterías irá teniendo un protagonismo mayor sin duda pues sus costes siguen bajando y sus eficiencias subiendo".

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Alta demanda actual de energía solar

Las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo llevaban una senda de crecimiento ya muy pronunciada en los años 2019 y 2020, cuando se suprimió el impuesto al sol. “Pero el crecimiento que veníamos observando desde hace años se disparó de forma exponencial en 2021 y en lo que llevamos de 2022 apunta ser un año de nuevas cifras récord de instalaciones fotovoltaicas, tanto en sectores industriales y de servicios como, sobre todo, en instalaciones domésticas”, señalan desde Norsol. Al factor medioambiental para seleccionar esta energía se suman el excesivo gasto que supone la factura eléctrica convencional y los incentivos que suponen la llegada de Fondos Europeos que acompañan a estos proyectos, subvencionando generosamente la inversión inicial necesaria.

También existen motivos macro, como la disminución de la dependencia de las importaciones del exterior, la aceleración del cambio climático y la transición a un sistema descentralizado donde podemos producir la energía en el lugar donde la consumimos, que representa un cambio de paradigma importante.

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