De todas las plantas de flor que podrías cultivar en el interior de casa o en tu jardín, la gardenia es una de las más bellas. Sin embargo, plantarla y cuidarla no es tarea fácil. Necesita unas atenciones muy específicas y no tolera que le cambien sus rutinas. A pesar de todo merecerá la pena estar pendiente de ella si la recompensa son sus delicadas y magníficas flores. Te contamos cómo mimarla.
Dentro o fuera de casa
La gardenia (Gardenia jasminoides) es un arbusto ornamental que procede del sur de China. Existe casi un centenar de variedades de gardenia, la mayoría de las cuales pueden cultivarse tanto en el suelo del jardín como en maceta dentro de casa.
Es una planta de porte redondeado y hoja perenne de color verde brillante. Si la plantas directamente en el suelo del jardín puede llegar a medir hasta casi tres metros, aunque en maceta es difícil que supere el metro de altura.
Un consejo: antes de hacerte con un ejemplar de gardenia has de saber que no es una planta apta para jardineros principiantes. Demanda cuidados que, aunque parecen sencillos, deben observarse a rajatabla, ya que cualquier variación o inconveniente puede acabar con ella.
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