Amamos las curvas
Sabemos que los picos o los elementos puntiagudos nos hacen estar en alerta, nuestro cerebro y en concreto la amígdala, está en modo defensa, es por ello que todo lo que tienda a ser ‘blando’, suave o curvo, va a ayudar a relajarnos. De ahí que para esta cocina el estudio de arquitectura La Errería se decante por mobiliario sin cantos sino en agradables líneas redondeadas. En esta cocina todo es sinuoso, incluso el escalón del suelo o el plafón del techo con un foseado.
Además somos orgánicos, somos agua y como tal nos gusta ocupar el espacio que tenemos de manera natural. La ergonomía es clave para mejorar nuestro ambiente, no solo ergonomía física, también mental. Por todo ello unos recorridos curvos, sin ángulos donde además haya alternativas (acortar distancias entre las partes de la casa) va a hacer que nuestro cerebro/cuerpo se sientan mejor.
EL sonido es otro factor clave, ¿ayudan nuestros espacios a mejorar la acústica? Unos espacios curvados con materiales fonoabsorbentes ayudarán a evitar reverberaciones, los materiales naturales consiguen amortiguar ruidos y a la larga en un espacio cerrado baja los niveles de estrés, dolores de cabeza, etc.
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