La belleza de las cicatrices. Eso es exactamente lo que trata de poner en valor el kintsugi, una técnica japonesa centenaria que se basa en la reparación de piezas de cerámica rotas mediante laca y polvo de oro. El resultado es tan especial, que los objetos son más bellos y valiosos de lo que lo eran en un principio, antes de romperse. Hemos hablado con la ceramista Nuria Pozas (www.nuriapozas.com) y ella nos ha desvelado la esencia del kintsugi.
¿Qué es el kintsugi?
La palabra kintsugi podría traducirse por carpintería de oro. Se trata de una técnica japonesa muy antigua que consiste, tal y como indica su nombre, en reparar piezas de cerámica que se han roto utilizando una resina especial llamada urushi y destacando la cicatriz que resulta con polvo de oro.
No se pretende dejar el objeto tal y como estaba antes de romperse, sino resaltar su imperfección, la evolución que experimenta por el azar o el paso del tiempo.
Nuria Pozas, ceramista experta en esta técnica, nos explica que “el proceso del kintsugi es simple y complejo a la vez. Consiste en volver a unir los pedazos rotos de forma que las señales de deterioro cobren una belleza especial, convirtiendo el objeto en algo único, con una nueva luz”.
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