Las flores frescas son un elemento perfecto para decorar tu casa. Ponen una nota natural y delicada en cualquier rincón gracias a sus delicados colores y a su aroma. El problema es que su belleza es efímera y a los pocos días se marchitan y mueren. Sin embargo, existen métodos para poder conservar parte de su belleza: secarlas es uno de ellos, y preservarlas otro. Ambos procedimientos consiguen que las flores se mantenga bellas durante semanas o meses. ¿Quieres saber cómo?

La magia de decorar con flores

Son elementos de la naturaleza que aportan gran belleza al campo, a un jardín o al interior de nuestras casas. Las flores resultan mágicas a la hora de añadir frescura y alegría en todas las habitaciones, desde el recibidor hasta el salón pasando por el dormitorio.

Tanto las preservadas como las secas son naturales. Se trata de flores que han sido cortadas en el momento en que estaban más frescas y bellas, y después han sido sometidas a tratamientos especiales para lograr que duren mucho tiempo.

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Flores secas y preservadas: no son lo mismo

El proceso de secado consiste en conseguir que las flores se deshidraten de forma natural. Aunque con este tratamiento su aspecto cambia y sus colores se apagan, las flores continúan siendo bellas y, además, mantienen su apariencia durante meses.

Existen varios procedimientos parar secar flores, aunque una de las maneras más sencillas consiste en secarlas al aire, formando ramilletes y colgándolas boca abajo. Lo más importante es buscar el lugar adecuado en el que colocarlas. Debe ser un rincón oscuro, seco y cálido, en el que las flores no reciban luz para evitar que pierdan mucho color. Deberás dejarlas allí durante un periodo de dos a cuatro semanas.

Cuando estén totalmente secas puedes aplicar un sellador floral y, si no tienes, también sirve rociarlas con laca de peinado.

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Flores preservadas: rehidratar y conservar

Para mantener la belleza de las flores naturales puedes preservarlas: se trata de reemplazar la savia y el agua que contiene la planta por un líquido conservante elaborado con glicerina y otras sustancias.

Las flores se cortan cuando están en su mejor momento y se colocan en un recipiente con este líquido especial. Este sube por el tallo de las flores y sustituye por completo la savia que antes corría por el tallo. Este proceso dura unos días y, cuando termina, las flores se conservan hermosas y frescas durante varios meses, sin necesitar ningún cuidado, ni agua ni luz. En algunas ocasiones las flores se colorean ligeramente de forma artificial para lograr un aspecto más fresco.

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Aprende a diferenciarlas

Aunque las dos resultan muy decorativas, existen varios matices que diferencian las flores secas de las preservadas. Las secas quedan más rígidas y acartonadas, mientras que las preservadas son más flexibles y conservan una textura más suave. Su imagen es más parecida a su aspecto original.

Por otro lado, las flores secas resultan más delicadas, ya que sus pétalos se caen y se pueden romper con más facilidad. Elegir un tipo u otro dependerá de para qué quieras emplearlas y del efecto que desees conseguir.

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Preciosos ramos para toda la casa

Crear un ramo de flores para decorar el aparador del salón, la consola del recibidor, o cualquier otro rincón de la casa es una idea genial. Utilizar flores secas o preservadas te brindará la oportunidad de disfrutarlas durante mucho más tiempo. Con este tipo de flores puedes componer pequeños ramilletes o grandes conjuntos mezclando especies, colores y diferentes tamaños.

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Otras formas de decorar con flores

Hay otras formas de decorar tu casa con flores, además de colocar bellos ramos. Puedes crear coronas con flores secas o preservadas, centros para adornar una mesa de celebración o crear otras aplicaciones decorativas como, por ejemplo, un precioso jardín vertical en una pared.

Un consejo: a la hora de buscarlas su emplazamiento definitivo, colócalas en un rincón alejado de fuentes de calor como radiadores, donde no les lleguen los rayos del sol de forma directa, y donde no haya corrientes de aire.

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Combina flores secas y preservadas

Mezclar ambos tipos de flores en una misma composición puede ser una idea estupenda para conseguir un resultado original, perfecto para decorar. Mientras que las flores secas aportan un toque rústico al diseño, un tanto vintage, las preservadas añaden frescura y naturalidad. Deja volar tu creatividad y consigue arreglos florales del estilo que más te guste: clásicos, camperos, vanguardistas, etc.

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Estos son los cuidados que debes darle a tus flores

Aunque no hay que cambiarlas el agua ni recortar sus tallos, sí debes darle a las flores secas y preservadas ciertos cuidados para mantenerlas en perfecto estado.

Además de evitar que les de el sol directo y que estén en entornos demasiado húmedos, debes tener cuidado de no golpearlas, ya que sus hojas se doblan y rompen con facilidad. Para limpiarlas y eliminar el polvo que se va acumulando en ellas puedes utilizar un secador proyectando aire frío sobre las flores. También puedes usar un pincel o brocha suave.

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Las mejores flores para secar y preservar

No todas las flores funcionan igual a la hora de secarlas o de preservarlas. Algunas especies responden mejor a los tratamientos que otras, por lo que conviene elegir bien qué flores vas a secar y cuáles vas a preservar.

- Para secar van bien las más resistentes como las hortensias o las rosas. También las flores de gran tamaño y aquellas que tienen los pétalos en capas como las rosas o los tulipanes.

- En cuanto a las flores preservadas, las rosas son preciosas y quedan perfectas con el tratamiento. También la paniculata (Gypsophila paniculata), una planta de flores blancas muy pequeñas que se emplea como relleno y complemento en todo tipo de arreglos florales.

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