Se ha convertido en una de las plantas con más seguidores en las redes sociales. Vistosa, decorativa y con un impresionante presencia, el Ficus Lyrata es una genial opción para sumar a tus plantas de interior. Destaca por sus impresionantes hojas verdes, de gran tamaño, y por su porte arbóreo, permitiendo tener dentro de casa una planta que casi parece un árbol. Aunque sus cuidados son sencillos, hay que prestarle especial atención, por lo que no es recomendable para principiantes en jardinería.  

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Características del Fycus Lyrata

También conocida como higuera hojas de violón, árbol lira o ficus lirado, el Ficus Lyrata encuentra sus orígenes en África. Aunque puede cultivarse en interior, debido a su carácter tropical, en exterior puede llegar a superar los 20 m de altura. Se caracteriza por sus grandes hojas verdes, con forma de lira (instrumento musical), característica a la que debe su nombre. Con los años y los cuidados necesarios, crecerá hasta crear un pequeño árbol en el que las hojas se juntan en lo alto formando una especie de copa. Se trata sin duda de una de las variedades de ficus más apreciadas.

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Cuidados del Ficus Lyrata: luz y temperatura

Cuidar estos dos factores es fundamental para que tu Ficus Lyrata prospere bien en el interior de tu casa. Ten en cuenta que al ser una planta tropical no tolera bien las bajas temperaturas, por lo que lo ideal es mantenerla a unos 20 °C y nunca exponerla a temperaturas inferiores a 15 °C. Tampoco tolera el exceso de calor, aunque podrá soportarlo si es durante cortos periodos de tiempo. 

La luz es uno de los requisitos básicos de esta planta. Y es que el Ficus Lyrata necesita grandes dosis de luz indirecta, por lo que prosperará en una estancia luminosa en la que la luz se vea tamizada por una cortina. No es una planta para pisos con poca luz natural. Si la tienes en exterior, ubícala en una posición de semisombra. El sol directo puede quemar sus hojas. Lo importante es que esa luz indirecta incida en las hojas superiores de la planta para que prospere. 

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Cómo y cuándo regar el Ficus Lyrata

Es uno de los factores más delicados de esta planta de interior. Y es que el Ficus Lyrata necesita continuamente un sustrato húmedo, de manera que su entorno sea parecido al tropical. Ahora, la clave está en evitar los encharcamientos cuando la riegues, ya que sus raíces podrían verse perjudicadas. Así, cuando veas que el agua sale por el agujero del drenaje, para de regarla y quita el agua del plato. También debes evitar que el sustrato se seque por completo. Es decir, hay que encontrar un equilibrio para que la tierra esté siempre húmeda sin provocar estrés hídrico a la planta. 

Durante los meses de invierno, espacia los riegos según las necesidades de tu planta y el entorno en el que la tengas (en casas con alta calefacción, el ambiente será más seco, por lo que tendrás que controlar que tenga siempre humedad).   

En cambio, en verano, especialmente en zonas con climas muy secos, será necesario aportarle también humedad ambiental. Puedes hacerlo metiéndola en la ducha un par de veces por semana –mojando sus hojas– o pulverizándola. 

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¿Qué maceta y sustrato le convienen a mi Ficus Lyrata?

Al elegir la maceta para tu Ficus Lyrata selecciona un modelo con agujeros de drenaje y lo suficientemente grande para que se desarrolle bien. Puesto que sus necesidades hídricas son el factor más importante para su desarrollo, puedes hacerte con una hidrojardinera. Estas macetas cuentan con un sistema de autorriego que proporciona humedad constante en las raíces. 

No se trata tampoco de una planta muy exigente con el sustrato. Elige uno universal para plantas de interior. También puedes hacerlo tú con un tercio de turba, un tercio de fibra de coco –fibras con una porosidad muy elevada y que mantienen la humedad– y humus de lombriz –que aportará los nutrientes que necesita la planta–. Siempre puedes añadir también un poco de perlita y vermiculita, que ayudarán a que el drenaje más efectivo.

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Abono del Ficus Lyrata: cuándo hacerlo y cuál usar

La época más adecuada para abonar tu Ficus Lyrata es durante los meses de calor. Esto contribuirá a que su crecimiento sea mayor y la planta se encuentre en mejores condiciones. Utiliza un fertilizante universal para plantas verdes. Puedes elegir un abono líquido, que se mezcla con el agua de riego, o en forma de barritas, que se clavan directamente en la tierra. Hazlo cada 15 días durante la primavera y el verano o según las instrucciones del fabricante. 

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¿Hay que podar el Ficus Lyrata?

No es necesario podar el Ficus Lyrata y menos si está en interior. Pero si quieres un porte más frondoso, puedes podar sus brotes más jóvenes con la técnica de sujeción. Consiste en pellizcar los brotes más jóvenes con las uñas y retirar esa sección. Hazlo con guantes, pues la savia del Ficus Lyrata es tóxica y podría irritar tu piel. 

En cambio, si lo tienes en el jardín y lo dejas crecer de manera natural, adquirirá porte de árbol. Puedes evitarlo y conservar su forma de arbusto con una poda anual. Si dejas que continúe con su crecimiento habitual y haya alcanzado la altura deseada, despunta el tallo principal.  

En cualquier caso, la mejor época para podar tu Ficus Lyrata es a principios de primavera o finales del verano. 

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Cuándo y cómo trasplantar el Ficus Lyrata

Cuando veas que las raíces de tu Ficus Lyrata asoman por los agujeros de drenaje, tendrás que trasplantarla a una maceta más grande. Otra opción es plantarla en el jardín, siempre que las condiciones ambientales lo permitan para su correcto desarrollo. Lo habitual es tener que hacerlo cada uno o dos años. 

Para trasplantar el Ficus Lyrata, comienza por desinfectar las herramientas que vayas a usar. Haz una poda de limpieza y elimina las hojas secas o en mal estada. Ahueca un poco la tierra y mueve el cepellón para sacarla de su actual maceta. Si las raíces han salido por los agujeros, hazlo con cuidado de no romperlas. Extrae la planta y suelta las raíces más compactas con cuidado. Después, coloca la planta en su nueva ubicación, cubre con sustrato (⅓ de turba, 1/3 de fibra de coco y ⅓ de humus de lombriz) y riega. 

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Problemas más comunes del Ficus Lyrata

Hay varios síntomas que te avisan de que tu planta no está sana: 

- Las hojas de mi Ficus Lyrata se caen: lo más probable es que se deba a una falta de luz. Cámbialo de ubicación. Otro motivo es que puede estar sometida a corrientes de aire. Evita ponerlo cerca de ventanas o puertas que abras con frecuencia. 

- Las hojas de mi Ficus Lyrata están amarillas: seguramente se deba a un exceso de agua. Espera a que el sustrato esté completamente seco antes de volver a regarla. Ve cortando también las hojas que se pongan amarillas.

- Las hojas están secas: esto sucede cuando el Ficus Lyrata ha sido expuesto al sol directo. Cámbialo de ubicación. 

- Hojas encorvadas o lacias: esto es debido a la falta de riego. Riégala como te hemos dicho anteriormente. 

- Manchas redondas en las hojas: se trata de roya y se debe a un exceso de humedad. Elimina las hojas dañadas y aplica un fungicida. 

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