Trucos para un resultado perfecto
Una vez la superficie metálica que vas a pintar esté preparada, ya puedes comenzar a aplicar la pintura o el esmalte. En este punto, hay ciertos trucos que debes conocer para trabajar mejor.
- Elige bien la herramienta: puedes pintar con brocha o rodillo (si la superficie es lisa), aunque para objetos grandes te vendrá muy bien una pistola. Trabajarás más rápido y conseguirás un resultado óptimo, ya que la pistola pulveriza la pintura y llega a todos los rincones y recovecos. Además, proporciona un acabado homogéneo, sin marcas.
- Es fundamental respetar los tiempos de secado indicados por el fabricante, tanto para la imprimación como para la pintura o el esmalte.
- Aplica la pintura en varias capas finas, mejor que en una sola más gruesa.
- No pintes los objetos de metal en un día de mucho calor. Las altas temperaturas y el sol intenso hacen que la pintura seque muy rápido y eso puede provocar que se agriete.
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