Manchas difíciles
Como siempre decimos, lo mejor para acabar con ellas es eliminarlas lo antes posible. Si son de vino tinto, lo más efectivo es echarla sal (actúa como un secante natural) nada más producirse, cubrirla bien y tras unos instantes, retirarla. Si son de grasa, aplica lavavajillas y lava a altas temperaturas, añadiendo media taza de vinagre blanco (un blanqueante natural). Si esto no funciona, habrá que pasar a soluciones más potentes, evitando en la medida de lo posible la lejía porque, aunque se trata de un buen blanqueador, puede deteriorarlo.
. Con bicarbonato de sodio. Sumerge el mantel en una mezcla de un litro de agua y cinco cucharadas de bicarbonato. Ajusta las cantidades para que quede totalmente sumergido. Espera una hora y lava normalmente.
. Con amoniaco. Un buen aliado contra las manchas de grasa y comida. Introdúcelo durante media hora en una mezcla de tres litros de agua y 250 ml de amoniaco. Y lava a continuación.
. Con aceite de árbol de té. Además de un buen quitamanchas, posee cualidades antibacterianas. Mézclalo con unas gotas de alcohol en un pulverizador y aplica sobre la mancha. Deja actuar 15 minutos y aclara.
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