8. Repáralos
Si a pesar de tus cuidados, encuentras un arañazo en tu parqué, usa un rotulador reparador del mismo color en el caso de que sea superficial y cera para emplastecer madera, si es más profundo. Este truco también puede ser útil para un laminado.
La gran ventaja de los pavimentos de madera frente al resto, no solo los laminados, es que se pueden restaurar, pulir y barnizar, logrando alargar su vida útil. Los laminados, por su parte, no admiten renovaciones, aunque sí puedes sustituir la parte rota o deteriorada. Desde Quick-Step lo explican así: “En el panel nuevo dibuja una línea por donde realizarás el corte y haz las ranuras con una sierra de incisión. Corta dos ranuras paralelas a lo largo, lo más cerca posible de los bordes, en medio del panel deteriorado, y realiza incisiones diagonales en el extremo, de manera que coincidan. Retira el panel con un cincel, aplica cola en un lado largo y en otro corto y coloca el de sustitución con un clic por la parte que no está cortada ni encolada. Con un martillo golpea suavemente y presiona”.