Nos centramos en la decoración de la cocina cuando esta se abre a otros espacios y además cuenta con una isla central. Pero este elemento no hace de pieza separadora o delimitadora. Esta cocina es un proyecto de los arquitectos Arantza Ardanza e Íker Pérez en colaboración con Santos Estudio Bilbao y nos sirve de ejemplo para ver cómo planificar el espacio, saber qué muebles elegir y qué distancias mantener cuando la cocina es abierta y con isla.

Con doble entrada

Este proyecto de cocina no hace alarde de metros y, sin embargo, resulta espaciosa. Abierta por ambos lados, sin puertas ni tabiques que la delimiten en dos de sus frentes. Se convierte así en zona de paso. Sí cuenta con otras dos paredes, que se han aprovechado para adosar o encastrar mobiliario alto, cediendo el espacio central a una isla rectangular de cocina que queda en mitad de la estancia sin usarse como elemento delimitador.

"Al tratarse de una cocina abierta, debía integrarse a la perfección con el resto de estancias. Debía mantener la identidad del hogar. Por ello, optamos por el color blanco. Se fusiona con las paredes y techos blancos y pasa desapercibida, jugando con detalles en color negro y toques de calidez mediante la madera. Un estilo minimalista, neutro y lleno de frescura", definen desde el estudio. La cocina es parte de un piso reformado por completo por los arquitectos Arantza Ardanza (@arantzaardanza) e Íker Pérez (@ikerperez).

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Todo al blanco

Santos Estudio Bilbao (https://santosbilbao.es) entiende que "una cocina con isla tiende a ser algo que a la gente siempre le encanta y quisiera tener en su hogar. Pero no en todas las viviendas tiene cabida", indican sus diseñadores. Y es que, dependiendo de las necesidades de cada cliente y del espacio y distribución de la estancia, añadir una isla podrá resultar más o menos útil. Y es que a la hora de planificar una cocina no solo importa la estética visual, sino que una cocina es un espacio en el que vamos a pasar mucho rato y debemos asegurarnos de que su funcionalidad va a ser absoluta.

En esta cocina el blanco predomina en todos los elementos salvo en el horno y microondas que quedan en la columna a la vista; placa en la isla y grifería y lámparas. Confiere amplitud, limpieza y neutralidad. Se ha usado el modelo de muebles Fine E en un color Blanco Seda de Santos.

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Medidas de la isla central

En este caso, la isla tiene una medida de 2950 x 850 mm e incluye zona de aguas, placa de cocción, y barra. "Cuando se trata de una isla en la que se va a incluir la placa de cocción y la zona de aguas, recomendamos que tenga, mínimo, alrededor de los 3 metros de largo", matizan desde Santos Estudio Bilbao; y añaden "de esta forma, podemos trabajar cómodamente con ambas zonas (la de la placa y la de aguas) al mismo tiempo que nos quedan espacios a los lados de ambos o entre ellos para poder utilizarlo como superficie de trabajo, donde cortar alimentos, apoyar herramientas, etc."

Cuando la isla solamente incluye o placa de cocción o zona de aguas, o incluso ninguna de las dos, podemos jugar con las medidas y bajar de esos 3 metros. La altura es la misma que para los muebles bajos de una cocina y su fondo suele ser 60 cm o más. Solo es menor si no cuenta con electrodomésticos ni fregadero ni placa, y no queda tan vistosa. En cualquier caso, siempre hay que tener claro para qué la vamos a utilizar y entonces plantear sus medidas y los elementos que va a incluir.

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Medidas alrededor de la isla

Para saber si puedes incluir una isla a la hora de planificar la distribución de la cocina debes tener en cuenta que el paso o distancia alrededor de la isla está condicionado por dos factores:

- El uso que se le va a dar al costado de la isla: si va a ser una zona de paso continuo, si va a ser un espacio donde trabajar, si va a ser una barra con taburetes, si simplemente va a ser para almacenaje de poco uso…

- El tipo de mobiliario que se instale en el paso: puede ser un módulo que no tenga puertas, o un armario de puertas abatibles, armario sin apertura, el lavavajillas que tiene apertura “hacia abajo”…

Desde Santos Estudio Bilbao recomiendan una medida mínima de 90 cm a cada lado de la isla, para lograr un equilibrio entre aspecto visual y comodidad. En este proyecto, dado que la cocina funciona como eje central de la vivienda, y sobre uno de los costados de la isla se accede de una zona a otra del hogar; se optó por disminuir la distancia entre la isla y el frente de muebles, para así dejar más espacio en el lado opuesto de la isla por donde va a funcionar el tránsito de los inquilinos.

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El mueble desayunero

En uno de los laterales de muebles -todos de Santos- se ha diseñado un mueble desayunador o desayunero, como se conocen. "Este cobró una gran relevancia en este proyecto -comentan desde el estudio-. Los clientes lo querían y lo diseñamos a medida para que encajase perfectamente. Cuenta con revestimiento interior que aporta la calidez de la madera e incluye también tomas eléctricas e iluminación. Así, cuando está abierto no solo es útil y funcional, sino que es visualmente muy bonito. Las puertas escamoteables se esconden en sus costados y así no molesta nada". Una vez cerrado, parece un mueble más, y consigue ocultar todos esos pequeños electrodomésticos que tanto utilizamos día a día y necesitamos tener a mano, pero que no queremos que se vean.

La placa de cocción también merece una especial atención, ya que se trata de un diseño de la marca Bora que cuenta con el sistema de extracción de humos integrado en la propia placa de cocción. Esto favorece que no haya una campana extractora sobre la isla sino, en su lugar, unas decorativas lámparas de techo en color negro.

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La altura de los muebles

En función de las zonas que se planteen en la isla (cuestión ligada directamente a sus dimensiones) habrá que ubicar el resto alrededor. En este caso la isla central cuenta con fregadero y placa, puesto que solo quedan las zonas de almacenaje que resolver. Para ello, como hay dos paredes a cada lado de la isla, se han creado dos frentes de módulos altos tipo columna que solucionan la ubicación de electrodomésticos (incluido el frigorífico) y espacio para organizar y guardar. Y cuenta tanto con despensa como con un práctico armario desayunero que esconde -tras puertas escamoteables- encimera de apoyo, cajones y repisas. En el frente opuesto, para aligerar, se ha creado una estantería abierta en la zona superior y puertas en la inferior. Según sean las paredes de una cocina abierta puedes optar por amueblar las dos paredes enfrentadas o paralelas -como aquí- o crear un frente en L con paredes contiguas.

La altura de los muebles tipo columna es de 230 cm, dejando un espacio hasta el techo, decorado con vigas originales de la vivienda. De esta manera se aprecia una diferencia considerable en distancias que resalta aún más la excepcional altura de la vivienda.

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¿Medidas para una isla con barra?

Aunque ya hemos determinado las medidas de la isla en sí y del espacio que debe quedar de circulación alrededor, si la isla se prolonga en una barra esta debe tener 30 cm de profundidad. En función de este dato y del tamaño final de la isla, la barra podrá queda en uno de los laterales más largo o en el corto, permitiendo ubicar más o menos taburetes. Cuenta que cada comensal necesita al menos 40 cm para comidas rápidas en barra. En este proyecto, para que los taburetes no entorpecieran ni restase espacio "se escogieron estrechos y sin respaldo, que caben perfectamente bajo la barra integrada en la propia isla", declaran desde Santos Estudio Bilbao. En la isla central, la encimera y costados están realizados en Neolith, modelo Blanco Carrara.

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En conexión con el comedor

Desde la cocina se accede a través de un arco a la zona de comedor, de manera directa y sin elementos que entorpezcan o dificulten la circulación. Este es el ideal cuando una cocina está abierta, que conecte con una zona de comedor. Así los paseos se reducen y simplifican. Es preferible una comunicación con el comedor que con el salón o zona de estar propiamente dicho. Aunque todo dependerá de la planta y metros del piso para sacar el máximo partido. En ocasiones es la cocina la que soluciona el espacio del comedor y no es necesario contar con otro adicional.

La historia de esta reforma

Este piso pertenece a dos jóvenes arquitectos que vivían en Nueva York (Arantza e Íker) cuando decidieron empezar a mirar pisos en su Bilbao natal para tener su propia vivienda. Encontraron una vivienda de más de 200 metros cuadrados, que segregaron y dividieron en dos para quedarse ellos con una. Se encargaron del proyecto por completo para convertirlo en su casa deseada. Y entonces llegó la COVID. Reformaron la vivienda en Bilbao y decidieron quedarse a vivir ahí. Gracias a las videollamadas y el teletrabajo, la pareja hizo sus maletas y dejó Nueva York para instalarse en Bilbao, trabajando a distancia.

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