Lleva siendo tendencia de decoración mucho tiempo y parece que su magia no va a detenerse tampoco en 2022. Aunque fácil de instalar, un diseño espectacular puede verse deslucido si se coloca mal. Estos son los 12 errores que no debes cometer para decorar tu casa como una auténtica profesional.

1. Elegir un papel bonito, pero convencional

Un papel pintado no es para toda la vida (cinco o siete años es una buena durabilidad), por eso debes darte el capricho de elegir el modelo por el que sientas un flechazo instantáneo y veas que ha nacido para vestir el salón o el dormitorio de tu casa. Si es demasiado atrevido puedes empapelar solo una pared o todas, si buscas un efecto envolvente y acogedor y quieres una estancia con carácter. Eso sí, el llamado ‘efecto pecera’ (paredes y techos) es solo para las más osadas.

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2. Llevar prisa

Poner papel pintado no es una tarea demasiado complicada, siempre que busques un ayudante, pero sí que se trata de un proceso que requiere paciencia en todos sus pasos, ya que es, sobre todo, el hecho de querer ir demasiado rápido lo que genera el mayor número de errores. Tómate tu tiempo, organízate y planifica cualquier imprevisto: ¿tienes todas las herramientas necesarias? Así, piensa que pasar el rodillo tres veces no servirá de nada si no dejas tiempo para que el producto penetre. Normalmente es recomendable esperar 10 minutos entre la aplicación del pegamento y la tira, aunque esta espera puede variar según el producto. ¡Lee la etiqueta!

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3. No tener margen de maniobra

Y cortar el papel pintado a la medida de la pared. Piensa que para que quede bien necesitas tener unos 5 cm de sobrante para las esquinas y desniveles. También es muy corriente poner las tiras ligeramente separadas. Sin embargo, es mejor instalarlas de manera que se superpongan por un milímetro en lugar de lo contrario, especialmente a la hora de ajustar modelos con patrones. Una vez que se seque el pegamento, el papel se retraerá un poco y se colocará correctamente como por arte de magia.

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4. Pintar el techo después de colocar el papel

¡Previsión! Si vas a aprovechar para pintar el techo, hazlo antes de empapelar si no quieres manchar el papel pintado. Sin embargo, ten cuidado de no poner demasiada pintura en las áreas a revestir, las que unen el techo con la pared, de lo contrario el pegamento no se fijará bien. En estos casos, lija el exceso.

5. Esperar a que se seque el pegamento para limpiarlo

Si el pegamento sale por los lados del papel pintado que estás poniendo, mancha otra de las tiras o el propio suelo, no esperes a que se seque para limpiarlo porque entonces sería necesario utilizar productos abrasivos que podrían dañar la superficie. ¿Lo mejor? Quitarlo al momento con una esponja húmeda.

6. No determinar la porosidad del soporte

Aunque podemos poner papel pintado en todas las superficies hay algunas en las que pega peor que en otras. Así, si es porosa, absorberá el pegamento y se adherirá perfectamente, mientras que si no lo es, se corre el riesgo de que se despegue más fácilmente. Para saber si tu pared es de un tipo u otro, presiona una esponja empapada en agua contra ella, si cae una gota cae rápidamente hasta el final, no es lo suficientemente porosa, por lo que necesitará una imprimación. Por el contrario, si la gota rueda, pero desaparece gradualmente, entonces tienes luz verde. Por cierto, si quieres instalarlo en el baño, recuerda que es mejor usarlo únicamente en las áreas que no entran en contacto con el agua, tener buena ventilación (imprescindible una ventana) y protegerlo con un barniz.

7. Pensar que las paredes son rectas

En muchas casas, pero especialmente en las antiguas, las paredes y los ángulos no suelen ser rectos. Por eso, es importante no depender de las esquinas de la habitación para colocar la primera tira de papel. Lo ideal es dibujar una marca con un nivel (en las tiendas de bricolaje se encuentran fácilmente) que te garantice que vas por buen camino.

8. Usar la fuerza en lugar de la lógica

Por exceso de celo profesional, puede suceder que aplastes demasiado las juntas del papel, especialmente cuando se trata de modelos estampados. Sin embargo, una vez seco, puede aparecer una especie de banda en las juntas sin relieve. Para que esto no ocurra, presiona firmemente sobre la superficie, pero sin pasarte, y luego deja que el pegamento actúe por sí solo.

9. No tener en cuenta la luz… ¡Y los metros!

La variedad de modelos y diseños es tal que resulta fácil perderse en ese universo lleno de pájaros, rayas, flores y figuras geométricas. Sin embargo, a la hora de elegir el papel pintado con el que sueñas, debes tener en cuenta tanto las dimensiones de la estancia como la luz natural que tiene. Recuerda que los tonos oscuros y los colores apagados son refinados y elegantes, pero cuando se aplican en una habitación estrecha, crearán el efecto opuesto, haciéndola visualmente aún más pequeña y opresiva. Por lo tanto, resérvalos para ambientes amplios y opta mejor por tonalidades claras o pasteles.

10. Pegar la misma tira en las esquinas

Como las paredes no siempre son rectas, colocar el papel en ángulo puede resultar complicado. Para que la instalación quede siempre vertical, no pegues la misma tira en las dos paredes de la esquina, sino que deja que sobresalga de la otra pared unos 10 centímetros. Luego, haz la conexión con una nueva y listo.

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11. Dejar que vaya por libre

Aunque podemos crear una pared de acento que no tenga nada que ver con el resto de la decoración de interiores, si vas a empapelar toda la habitación es preciso que este encaje, por color, motivo, diseño o estilo, con el ‘look’ de la estancia. Tampoco hace falta que todo vaya a juego, sino que se mantenga la armonía visual y la sensación de conjunto equilibrado.

12. Creer que las rayas son flores

Son un clásico de los papeles pintados y, aunque ahora se han visto relegadas a un segundo lugar por los motivos vegetales, lo cierto es que siguen teniendo un sitio preferente en las casas actuales. Uno de los errores que se suele cometer con ellas es confundirlas con otros estampados y apostar por un ‘look total’. También suele ser muy común elegir mal la dirección de la raya o mezclar los sentidos y lograr el efecto óptico contrario al que deseabas. Piensa que las verticales son una buena opción en una habitación con techo bajo, ya que lo harán parecer más alto, mientras que las horizontales ampliarán, por ejemplo, un pasillo estrecho.

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