Para decorar los suelos hay un tipo de alfombras que triunfan en los últimos tiempos, gracias a que son ligeras y transmiten una imagen fresca y auténtica, se trata de los kilims, uno tapices de origen oriental que pisan fuerte en Occidente.

Alberto Torres, interiorista y cofundador de PortobelloStreet.es, comenta que "hay una tendencia actual en decoración que nos lleva a la vuelta al origen, a todo aquello que nos acerca a la tierra y que busca resultados refrescantes, naturales  y étnicos. El kilim, que tiene su origen en Persia, aporta ese aspecto raw de acabado natural que tanto gusta en la actualidad. Normalmente son de algodón y su atractivo radica en ese acabado tosco que lo caracteriza. Además, existe una gama cromática amplia que facilita que encaje en muchos de los ambientes por lo que es una pieza que últimamente solemos incluir en nuestros proyectos. Los de tonos apagados le dan un toque chic a cualquier espacio mientras que los de colores más intensos consiguen un aspecto más étnico". Precisamente abre este reportaje una propuesta de PortobelloStreet.es, que mide 170 x 240 cm y cuesta 663 €.

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¿Qué es un kilim?

Se trata de unos tapices con una técnica de hilado distinta a las alfombras tradicionales, lo que hace que los kilims no tengan pelo. Los países con mayor tradición en la confección de estas joyas del diseño son Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán e India.

En la actualidad este tipo de alfombras son creadas en una gran variedad de modelos (lisas o decoradas con gráficas), colores, además de formas. Lo que tienen en común los kilims es que suelen estar realizados en materiales naturales, tales como el algodón o la lana. Y en ocasiones se decoran con relieves y detalles bordados, como en este modelo de la firma Turkestan.  Este kilim elaborado en lana 100% al sur de Irán pertenece a la colección Khoree Afschar, su hilatura es manual y los tintes naturales. Se trata de un antiguo saco para transportar víveres empleado por la tribu afshar, que ha sido desplegados a la mitad para conformar una forma más rectangular. Cuesta 640€

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Imagen auténtica

La clave del éxito de estas alfombras es que resultan naturales y que deslumbran con sus ricas texturas.

Respecto a los motivos que decoran a los kilims, los hay de inspiración oriental pero también más sobrios, como estas líneas geométricas, propuesta por Inma Bermúdez para la firma GAN. Se trata de la colección Roots con tejidos con trama de yute y urdimbre de algodón confeccionados íntegramente de forma artesanal. Disponible en cuatro tamaños, la menor mide 96 x 144 cm y vale 320 € y la mayor, 240 x 288 cm y cuesta 1.650 €.
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De fácil limpieza

Insistimos, los kilims son alfombras tejidas en plano, lo que hace muy sencillo pasar el aspirador por ellos y, además, hace que apenas retenga polvo. Eso sí, suelen estar teñidos con tintes naturales por lo que los colores son algo más delicados. Así que no deben lavarse con agua caliente ni, por ligera que sea, meterse en la lavadora.

Este salón se decora con el kilim en algodón Happy Antartic, de Leroy Melin (160 x 230 cm; 179 €).

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¡Reversibles!

Otra de las magias de los kilims es que se pueden usar por ambos lados; gíralo en caso de que no esté perfecto y listos. Este seductor modelo que combina colores muy cálidos es Stockholm 2017, un diseño de María Vinka para la firma Ikea con motivo en zigzag. Se trata de una pieza artesanal en lana 100%, que mide 17 0x 240 cm y cuesta 199 €.

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Para todos los estilos

La gran demanda actual de kilims para vestir los suelos de la casa se debe a que son capaces de adaptarse a cualquier estilo decorativo, integrándose bien en ambientes industriales, minimalistas, rústicos y, por supuesto, también clásicos. Sus gráficas son muy variadas.

En este comedor de estilo ecléctico, encontramos el kilim Blur (170 x 240cm; 2.160 € + IVA) de Nanimarquina, que al verlo de lejos se aprecia una superficie indefinida, desenfocada, pero, al acercarse uno descubre líneas y rombos rítmicos en distintas proporciones, al más puro estilo cinético. Es una creación de los hermanos Ronan & Erwan Bouroullec. Por cierto, el efecto emborronado se ha conseguido invirtiendo el sentido en el que se tejen tradicionalmente los kilims siendo mucho más laboriosa su realización.

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Propuestas clásicas y rompedoras

El kilim, realizado sin pelo anudado, suele incorporar motivos geométricos, tales como rombos y triángulos, así como cenefas. Otros de los dibujos frecuentes y tradicionales, aunque en menor grado, son los florales.

Y dentro de los diseños más contemporáneos encontramos motivos muy rompedores, como el modelo sobre estas líneas, Storm kilim, de Turkestan (3.100 €), que dibuja aguas y difuminados de color que van desde el casi blanco a toda una gama de diferentes tonalidades azules y grisáceas. Está confeccionado con una técnica similar al Ikat, lo que le aporta un inigualable aire vanguardista.

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Riqueza visual

Las alfombras tipo kilim están llenas de matices, evocando así el trabajo manual más primario. En este caso se trata del modelo Telares, de Nanimaquina (170 x 240 cm; 1.525 € + IVA), confeccionado en lana afgana y rematado con flecos rizados. Lo encontrarás a la venta en cuatro colores más.

Otra opción muy decorativa es que las alfombras vistan las paredes, presentándolas como cuadros o, en el caso de los dormitorios, incluso haciendo las veces de cabecero de cama.

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Combinable con todo

Los kilims, realizados con fibras vegetales, son especialmente idóneos para combinar con muebles fabricados en materiales naturales, como las fibras o la madera, ¿no te parece?

En este ambiente todo el mobiliario es de Maisons du Monde y el kilim que preside la decoración es Winona, en algodón y yute, confeccionado en India de forma artesanal (160 x 230 cm; 249 €).

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